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Este fue el primer país de América Latina en proclamarse Estado laico

Esta nación latinoamericana llevó a cabo su transformación de secularización durante el siglo XIX.

Esta nación también es una de las que cuenta con más católicos dentro de su población. Foto: composición Fabrizio Oviedo LR
Esta nación también es una de las que cuenta con más católicos dentro de su población. Foto: composición Fabrizio Oviedo LR

Un Estado laico es aquel en el que existe una separación tanto formal como legal entre las instituciones del Estado y las instituciones religiosas. En un Estado laico, el Gobierno no favorece ni promueve ninguna religión en particular y mantiene una postura neutral respecto a las creencias religiosas de sus ciudadanos. Curiosamente, la primera nación de América Latina en proclamarse Estado laico es, a la vez, uno de los países con más cristianos de la región.

Primer país de América Latina en proclamarse Estado laico

En un hito histórico, México se convirtió en el primer país de América Latina en adoptar el laicismo como principio fundamental de su Estado. Esta transformación se llevó a cabo durante el siglo XIX, bajo el liderazgo visionario de Benito Juárez y la promulgación de las leyes de reforma. Estas leyes, promulgadas entre 1855 y 1863, marcaron un antes y un después en la relación entre la Iglesia y el Estado mexicano. Se incluyeron la Ley Juárez, la Ley Lerdo y la Ley Iglesias, las cuales restringieron los privilegios del clero y la propiedad eclesiástica. Sin embargo, fue la Constitución de 1857 la que estableció de manera inequívoca la separación entre ambas instituciones.

 La mayoría de países de América Latina son Estados laicos. Foto: La Tercera

La mayoría de países de América Latina son Estados laicos. Foto: La Tercera

En la actualidad, México continúa siendo un Estado laico y su histórico legado de separación entre la Iglesia y el Estado ha ejercido una influencia significativa en otros países de América Latina. La historia de México como pionero en la laicidad estatal es un recordatorio constante de la importancia de mantener una sociedad pluralista y respetuosa de todas las creencias, sin que ninguna religión desempeñe un papel preponderante en la esfera pública.

Cabe recordar que México es uno de los países latinoamericanos que cuenta con más personas creyentes, especialmente del Catolicismo. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México, en 2020, el "78,6 % de la población es católica; 7,9 % protestante o cristiano evangélico; y en tercer lugar se ubican las personas sin religión con 6,7 por ciento".

 El 78,6% de la población mexicana es católica. Foto: El Universo

El 78,6% de la población mexicana es católica. Foto: El Universo

¿Cuál es el país de América Latina más laico?

Uruguay es reconocido como el país más laico de América Latina; asimismo, esta nación también es considerada como una de las más laicas alrededor de todo el mundo. Como bien se explicó, esto significa que el Gobierno uruguayo se encuentra separado oficialmente de cualquier afiliación religiosa, lo que garantiza la libertad de religión para toda la población. La laicidad es un principio fundamental en la Constitución uruguaya, la cual se refleja en la neutralidad del Estado en asuntos religiosos y en la protección de los derechos individuales de creyentes y no creyentes por igual.

En 1861, tan solo 30 años después de aprobar su primera Constitución, se produjo un cambio significativo: los cementerios, que hasta entonces estaban bajo el dominio de la Iglesia, pasaron a estar bajo el control del Estado. Este movimiento marcó el inicio de una serie de transformaciones que llevarían a la separación formal entre la Iglesia y el Estado. La constitución de 1917 fue otro punto de inflexión. En ese año, Uruguay aprobó una nueva constitución que garantizaba la libertad de culto y reafirmaba la laicidad del Estado. La institución católica, que había tenido un papel dominante en la sociedad, comenzó a perder poder tanto en lo real como en lo simbólico. La separación definitiva entre la Iglesia y el Estado marcó un logro importante para la libertad religiosa y la igualdad en el país.