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Los 3 lugares en el mundo donde está prohibido nacer y morir: ¿cuáles son los motivos?

¿Sabías que en Brasil, Noruega y Ciudad del Vaticano se encuentran los lugares donde por ley se regula la natalidad y mortandad de su población?

Las únicas personas que son ciudadanas del Vaticano son aquellos diplomáticos mundiales dentro de la Santa Sede. Foto: Composición LR/Svalbard
Las únicas personas que son ciudadanas del Vaticano son aquellos diplomáticos mundiales dentro de la Santa Sede. Foto: Composición LR/Svalbard

¿Sabías que existen lugares en los que está prohibido nacer o morir? Así es, por más extraño que suene, hay países que por ley regulan la natalidad y mortandad de su población. Lugares prístinos y temperaturas bajo cero que no permiten la descomposición de los cuerpos son algunos de los motivos, dependiendo del lugar.

Fernando de Noronha, Longyearbye, y Ciudad del Vatican, son los tres sitios que están ubicados en regiones bien distintas y todos tienen una historia muy particular. Conoce los motivos que empujaron a sus autoridades a prohibir dos de los procesos más naturales del ser humano: nacer y morir.

Isla de Fernando Noronha, Brasil

Un lugar donde ninguna mujer puede dar a luz es la isla de Fernando de Noronha, un archipiélago ubicado a 365 km de la ciudad de Natal, Brasil. Esta prohibición se concretó en 2001, año en que la Unesco la declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad.

La isla de Fernando de Noronha se destaca por su enorme biodiversidad y por ser uno de los lugares más prístinos (vírgenes) del mundo. Un total de 230 especies de peces y 15 de corales habitan este Parque Nacional, según sus autoridades.

¿Por qué no se puede nacer ni morir en esta isla? El único hospital de la isla, el Sao Lucas, cerró su sala de maternidad en 2001 y no cuenta con una sala de terapia de alta complejidad, por lo que la mayoría de los adultos mayores y enfermos con pronóstico reservado son trasladados a Recife, estado de Pernambuco.

Las mujeres embarazadas también son trasladadas al continente para poder tener un parto seguro, ya que la isla no está equipada con los elementos necesarios.

 Fernando de Noronha, el último paraíso brasileño. Foto: National Geographic

Fernando de Noronha, el último paraíso brasileño. Foto: National Geographic

Longyearbyen, Noruega

Otro de los lugares en los que está prohibido morirse es la ciudad de Longyearbyen, ubicada en el archipiélago de Spitsbergen, Polo Norte. Sus habitantes pueden soportar temperaturas récord de 50 °C bajo cero y cuando están a punto de morirse, tienen que irse o ser trasladados a Oslo, capital de Noruega.

¿Por qué nadie puede morir en Longyearbyen? Se debe a una ley creada por el Gobierno en 1950, que prohíbe los entierros en la localidad, a raíz de que se descubriera que los cadáveres sepultados en el cementerio local no se habían descompuesto por el permafrost, una densa capa de nieve que recubre el suelo todo el año.

Esto aumenta el riesgo de afectar la salud de la población debido a que se pueden propagar virus y otro tipo de enfermedades. Además, atrae a los depredadores.

Este miedo se debe a las consecuencias que tuvo Europa por la peste negra (siglo XIV), con la que miles de personas murieron a causa de las pulgas y la bacteria de las ratas que se expandieron por el continente. Noruega fue uno de los afectados.

 Los habitantes de Longyearbyen pueden soportar temperaturas récord de 50 grados bajo cero. Foto: Visit Svalbard

Los habitantes de Longyearbyen pueden soportar temperaturas récord de 50 grados bajo cero. Foto: Visit Svalbard

Ciudad del Vaticano

El tercer lugar en el que está prohibido nacer es en la ciudad del Vaticano. Si bien no existe una ley que te impide dar a luz en ese lugar, las autoridades anotarán al niño o niña en la ciudad de Roma y tendrá nacionalidad italiana.

Las únicas personas que son ciudadanas del Vaticano son aquellos diplomáticos mundiales y quienes tienen cargos o ejercen funciones dentro de la Santa Sede.

Por ese motivo, se dice que las personas que son ciudadanas del Estado más pequeño del mundo no obtienen la ciudadanía por nacimiento, sino por concesión. Es decir, no existen personas que nazcan allí y tomen la ciudadanía de forma natural. El propio Vaticano les da la condición para obtener los derechos políticos y sociales.

 La Ciudad del Vaticano es un Estado soberano sin salida al mar. Foto: Omnes

La Ciudad del Vaticano es un Estado soberano sin salida al mar. Foto: Omnes