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Condenan a padre negligente por encerrar y dejar morir a su hija de 16 años con obesidad mórbida

Hace 3 meses, ambos padres fueron llamados a declarar, pero solo la madre confesó y fue sentenciada por el mismo delito.

La madre fue condenada por el mismo delito y deberá estar en prisión durante 6 años. Foto: composición LR/UK Daily News/El Tiempo
La madre fue condenada por el mismo delito y deberá estar en prisión durante 6 años. Foto: composición LR/UK Daily News/El Tiempo

El último miércoles 1 de marzo, en la corte de Mold Crown, Reino Unido, Alun Titford (45) fue sentenciado a siete años y seis meses de prisión por el caso de homicidio por negligencia grave contra su hija, Kaylea Titford. La menor sufría de obesidad mórbida y murió a los 16 años en octubre de 2020.

Meses antes, en diciembre de 2022, en Swansea Crown Court, la madre de la adolescente, identificada como Sarah Lloyd-Jones (40), fue condenada por el mismo delito y deberá estar en prisión durante seis años. En ese momento, Alun también fue a declarar, pero no aceptó los cargos y su juicio continúo hasta esta semana.

De acuerdo a los medios locales, Kaylea fue encontrada sin vida y en condiciones lamentables en una habitación desordenada e infestada. Hywel Griffith, corresponsal de Gales, no entendía cómo una niña “ferozmente independiente” pudo tener ese resultado.

La pequeña nació con espina bífida, un defecto congénito que no permite la formación correcta de la columna vertebral y la médula espinal, por lo que andaba en sillas de ruedas. No obstante, ni eso ni su peso de casi 146 kilogramos impedían que disfrutase del baloncesto. Incluso, quienes la conocían creían que podía ser una atleta olímpica. Su muerte se convirtió en noticia internacional.

 Kaylea amaba el baloncesto y pudo convertirse en una atleta olímpica, según conocidos. Foto: BBC News Mundo<br>

Kaylea amaba el baloncesto y pudo convertirse en una atleta olímpica, según conocidos. Foto: BBC News Mundo

De acuerdo con las autoridades de Gales, uno de los mensajes más angustiantes que el padre había enviado, justo en la noche que falleció Kaylea, era que “dejase de gritar”. "Él no fue a ver cuál era el problema ni buscó la ayuda que ella necesitaba. La dejaron morir sola", indicó el magistrado.

Según Amoret Whitaker, una entomóloga forense, testificó que los gusanos que fueron encontrados en el cuerpo de la menor “tenían, al menos, 48 horas de edad cuando fueron examinados”. Finalmente, el caso concluyó y ambos padres fueron condenados.