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Fray Tormenta: el sacerdote que se volvió peleador de lucha libre para mantener un orfanato

¿Qué podrían tener en común un peleador de lucha libre y un sacerdote? Esta es la historia de Sergio Gutiérrez, un sacerdote católico mexicano (y enmascarado), y el Refugio Los Cachorros de Fray Tormenta.

Fue uno de los luchadores más conocidos de México. Foto: Fray Tormenta/Facebook
Fue uno de los luchadores más conocidos de México. Foto: Fray Tormenta/Facebook

Una biblia y una máscara de peleador de lucha libre. Fray tormenta debutó en la lucha libre mexicana en 1977 con una máscara que él mismo diseñó y confeccionó. Aquel día ganó 15 dólares, los cuales usó para mantener un orfanato y para ayudar a personas de bajos recursos. Sergio Gutiérrez Benitez, nombre real del sacerdote católico que se oculta bajo la máscara, nació el 5 de febrero de 1945 en el estado de Hidalgo, pero creció en la Ciudad de México. Su objetivo era ganar un millón de dólares “como Muhammad Alí”, para mantener un orfanato, el cual lo haría famoso.

De sacerdote a luchador

Hijo de un carbonero del estado de Hidalgo, tuvo una adolescencia difícil. “Comencé con 11 o 12 años. En este país, la droga siempre ha estado muy presente. Desde el Peyote con los aztecas al asunto que hay ahora con la cocaína. Yo tomaba de todo, marihuana y coca todos los días, de vez en cuando hongos. Poco después empecé con la heroína”, relató al medio El Confidencial.

A los 18 años, Fray Tormenta empleaba todo su tiempo —y no le importaba robar o disfrazarse de payaso de circo— para comprar una dosis de heroína. “Con 18 años me había vuelto ya un delincuente y un ratero. Trabajaba para mantener mi dosis. Hice de todo, hasta de actor y payaso en un circo, pero todo me lo gastaba en mi dosis y necesitaba más, así que empecé a robar”, narró.

Un día, cuando Fray era solo Sergio, entró a una iglesia para pedir ayuda, pero le respondieron: “Estoy confesando, ¿te has creído que esto es un centro de rehabilitación?”.

“El señor Tormenta”

“Padre, chingue su madre. Si hubiese sacerdotes amables, muchos iríamos a la iglesia”, respondió Sergio. En ese momento, incluso su propia madre le deseaba la muerte, según reveló en una revista. “Mi madre me veía tan mal que no paraba de decirme: 'Ojalá te mueras, lo prefiero, así me darías menos problemas'. Aquel día volvió a decírmelo y le respondí: ¿Sí? Pues voy a quitarme de esto y además voy a ser padrecito. Yo no había entrado en una iglesia desde hacía años. A la mañana siguiente me lo repitió y yo no me acordaba de absolutamente nada. El caso es que dos semanas después entré a un centro de rehabilitación, poco después a la orden de los Padres Escolapios, y ya no he vuelto a drogarme en mi vida”.

Sergio viajó por el mundo como seminarista, estudió Filosofía en Barcelona y teología en Roma. Tras regresar a México comenzó a trabajar en una casa hogar con más de 600 drogadictos y ladrones. Uno murió junto a él. Desde ese momento supo que no podría dejarlos; tenía que ayudar.

Inspirado en la película “El señor Tormenta” de 1963 —que cuenta la vida de un sacerdote que se convierte en luchador para ayudar a unos niños—, inició su carrera en el ring en 1977. Tomó mallas verdes y armó una máscara para esconder su identidad, pero ocurrió todo lo contrario: se volvió más famoso.

Refugio Los Cachorros de Fray Tormenta

Tuvo una carrera exitosa y paradójicamente, cuando iba a llegar a las grandes arenas de México, descubrieron su identidad: “Fue por culpa de otro luchador conocido, Huracán Ramírez. Un día me llamó por teléfono y me dijo: 'Tormenta, lucharemos el sábado'. Y ahí se me escapó: 'No puedo, tengo que oficiar una boda'. '¿Pero tú eres cura de verdad?'. Le hice guardar el secreto, pero aquel sábado vino a la boda, después a la sacristía, y en unos días lo sabía todo el mundo”, reveló.

Tuvo miedo, pero después su fama traspasó fronteras y fue enviado a Japón, Estados Unidos, Canadá, entre otros, a hacer exhibiciones. Fray Tormenta no ha dejado de viajar desde entonces.

Considera al Hogar Refugio Los Cachorros de Fray Tormenta el gran logro de su vida: nueve abogados, 23 maestros, un sacerdote, más de 2.000 niños acogidos en 40 años, a los que les dio colegio y los ayudó a seguir su vocación. Sergio recuerda que entre los menores también ha habido tres médicos, 23 programadores y también, por efecto no planeado, peleadores: el Elegido, Rostro Infernal, El Chacal, Fray Tormenta Jr. y el Místico, el más famoso de México.

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