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Dan 26 años de cárcel a obispo Álvarez, símbolo de la resistencia contra Ortega

Nicaragua. Gobierno lo acusa por “traición a la patria”, “menoscabo de la integridad nacional” y por “propagar noticias falsas”. Además, despojan al religioso de la nacionalidad nicaragüense.

Crítico. Álvarez es un gran opositor a Ortega. No quiso viajar a EEUU como preso político. (Foto: EFE)
Crítico. Álvarez es un gran opositor a Ortega. No quiso viajar a EEUU como preso político. (Foto: EFE)

Agencias El País

El régimen de Daniel Ortega se ha ensañado contra el obispo Rolando Álvarez, a quien, además de despojarle sus derechos políticos y de retirarle la nacionalidad nicaragüense, la justicia nicaragüense, controlada por el orteguismo, le ha impuesto más de 26 años de cárcel por delitos que incluyen “traición a la patria”, “menoscabo de la integridad nacional” y “propagar noticias falsas”.

Lo informó el diario español El País, que además destaca que esa condena se produce un día después de que el religioso se negara a dejar Nicaragua entre los 222 presos políticos liberados por el régimen de Daniel Ortega y enviados a Washington.

Precisamente, el jueves Daniel Ortega había cargado contra Álvarez, a quien acusó de “soberbia” por negarse a dejar Nicaragua junto a los 222 presos políticos liberados y que fueron trasladados a Washington en un avión fletado por el Gobierno de Estados Unidos.

Un cura valiente

Álvarez es la voz más crítica dentro de la Iglesia católica de Nicaragua y ha mostrado beligerancia en sus posturas contra los desmanes de Ortega, que lo ha declarado su principal enemigo y lo ha puesto en el centro de la persecución contra religiosos. Álvarez había sufrido la persecución de la Policía y huestes de Ortega y resistió con valentía los ataques dirigidos en su contra desde el Gobierno.

El religioso había denunciado persecución y acoso, además de amenazas, pero resistió desde su parroquia, en el norte del país, hasta su detención el verano pasado. La Policía afirmó en esa ocasión que Álvarez, “prevaliéndose de su condición de líder religioso, utilizando medios de comunicación y redes sociales”, intentaba organizar grupos violentos, “incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población… con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.

En la sentencia actual, leída por el magistrado Octavio Rothschuh, de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones, el Gobierno acusa a Álvarez de una serie de delitos enmarcados en las leyes que la Asamblea Nacional aprobó en el 2021 de cara a crear un marco para acusar y condenar a opositores al régimen de Ortega. Estos incluyen desde el terrorismo hasta la traición y pasan por desobediencia contra las autoridades.

“Yo pago la condena”

De acuerdo con fuentes de la Iglesia, la Policía sacó al obispo del inmueble donde cumplía arresto domiciliario y fue trasladado al penal de La Modelo, en las afueras de Managua. “Que sean libres, yo pago la condena de ellos”, dijo Álvarez, de acuerdo a las fuentes católicas, en referencia a los presos políticos que dejaron Nicaragua.

Ortega, al referirse a Álvarez, lo acuso “de soberbia”. Y agregó: “Se le ha tratado de manera increíble, como a ningún prisionero de este país. Estuve siete años presos y nunca conocí en la historia de un preso al que se le tratara de esa manera, como a este señor”, dijo. Ortega confirmó que el obispo fue trasladado a la cárcel La Modelo.

La condena de Álvarez ha sido seguida de cerca por los presos políticos que aterrizaron el jueves en Washington. En los pasillos del hotel Westin, donde han sido hospedados la mayoría, era uno de los temas de conversación.

“Busca una iglesia oficial”

“Ortega está desesperado”, dice el analista Óscar René Vargas, encarcelado durante cinco meses en El Chipote. “Sabe que hay un proceso de implosión crítico y quiere erradicar cualquier liderazgo”.

La persecución contra Álvarez, añade, es un intento de Ortega por demostrar fuerza a su base política. “Quiere dar la sensación de que él no cede, de que el barco no se está hundiendo”, mantiene Vargas. “Ortega quiere matar todo tipo de liderazgo”, agrega por su parte otro preso político. “Álvarez es un líder nato y por eso es peligroso, Ortega lo que quiere es imponer una iglesia oficial”, agrega.