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Estados Unidos aprueba el refuerzo contra la variante ómicron para menores de 5 años

Los niños mayores de seis meses de edad que tengan dos dosis de la vacuna anti-COVID-19 pueden optar por una tercera de refuerzo.

En EE. UU., de 332 millones de habitantes, han muerto más de un millón de personas por la enfermedad, la cifra más alta registrada en el mundo. Foto: Health Matters
En EE. UU., de 332 millones de habitantes, han muerto más de un millón de personas por la enfermedad, la cifra más alta registrada en el mundo. Foto: Health Matters

La Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, en inglés) aprobó este jueves el uso de emergencia de las vacunas de refuerzo contra la variante ómicron del coronavirus para los menores de cinco años.

Por este motivo, los niños mayores de seis meses de edad que tengan dos dosis de la vacuna pueden optar por una tercera de refuerzo, diseñada específicamente para funcionar contra las infecciones por ómicron.

La FDA ya había aprobado previamente su uso para niños entre los cinco y los once años, que pueden optar a un “refuerzo bivalente” —que sirve tanto para las variantes originales del coronavirus como para las subvariantes de ómicron, que son actualmente las más extendidas.

Los refuerzos bivalentes se desarrollaron para combatir una posible nueva ola de contagios en otoño e invierno de este año, algo que las autoridades sanitarias llevan meses advirtiendo de que podría suceder si la gente no extrema las precauciones.

De hecho, al no haber recibido aprobación para ninguna de las nuevas solicitudes de fondos que las autoridades sanitarias estadounidenses han hecho al Congreso del país, las agencias se han visto obligadas a cortar programas como el de test gratuitos para asegurar el suministro de vacunas.

Expertos como el coordinador del equipo de respuesta contra la COVID-19 de la Casa Blanca, Ashish Jha, o la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), Rochelle Walensky, llevan meses advirtiendo en los medios de que la falta de financiación podría poner a EE. UU. a la cola del mundo en adquisición de vacunas y tratamientos contra la enfermedad.

En el país, de 332 millones de habitantes, han muerto más de un millón de personas por la enfermedad, la cifra más alta registrada en el mundo.