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Papa Francisco no descarta renunciar tras viaje penitencial a Canadá: “No es una catástrofe”

Culminó la extenuante travesía. Tras llegar a Roma, el sumo pontífice remarcó que “se puede cambiar de papa” al presentar el balance de su viaje a Canadá, donde pidió perdón a los pueblos indígenas.

Papa tiene planeado realizar más viajes en 2022. Uno de sus próximos destinos podría ser Ucrania. Foto: EFE
Papa tiene planeado realizar más viajes en 2022. Uno de sus próximos destinos podría ser Ucrania. Foto: EFE

El papa Francisco reconoció que se cometió un “genocidio” contra los indígenas de Canadá al regresar a Roma de una agotadora visita de seis días a ese país. Al término de la travesía, el religioso admitió que deberá reducir su ritmo de viajes o hacerse “a un lado”.

El pontífice argentino, al que se le vio con frecuencia agotado y en silla ruedas por sus problemas de rodilla, hizo un balance de su viaje ante los periodistas que lo acompañaban en el vuelo de regreso a Roma.

“No creo que pueda mantener el mismo ritmo de viajes que antes. Creo que, a mi edad y con estas limitaciones, tengo que guardar un poco mis fuerzas para poder servir a la Iglesia o, por el contrario, pensar en la posibilidad de hacerme a un lado”, dijo Francisco, de 85 años. Asimismo, el pontífice afirmó que esto “no es una catástrofe”.

“Se puede cambiar de papa. No es un problema”, añadió al hablar de sus problemas de salud. Su predecesor, Benedicto XVI, renunció en 2013, a los 85 años.“Creo que debo limitarme un poco con estos esfuerzos”, agregó el papa, que repitió que la puerta está “abierta” a una posible renuncia.

El pontífice confesó que consideraba su viaje a Canadá una suerte de “test” para evaluar si mantener su agenda de desplazamientos, que incluyen Kazajistán en septiembre, y si es posible Ucrania, así como República Democrática del Congo y Sudán del Sur. “Buscaré seguir haciendo viajes y estar cerca de la gente, porque creo que la cercanía es un modo de servir”, dijo.

Desde su llegada a Canadá, el religioso argentino pidió disculpas por el “mal” causado a los pueblos indígenas por los abusos cometidos durante décadas en las instituciones católicas. En Roma, y ante los periodistas, Francisco no dudó en reconocer que el trato a los indígenas equivalía a un “genocidio”, palabra que no pronunció durante su viaje penitencial.