Iglesia católica vende más de 40 propiedades en Canadá para pagar indemnizaciones por abuso
La congregación cristiana vendió inmuebles para cubrir el acuerdo económico que se pactó con las víctimas de un internado, en el que cientos de niños sufrieron abusos durante décadas.
Los sobrevivientes de abusos sexuales de la Iglesia católica en Canadá recibirán una compensación económica. Para solventar los cuantiosos gastos, la archidiócesis de San Juan de Terranova, una inmensa isla canadiense, ha vendido 43 propiedades.
El convenio se alcanzó con las víctimas del internado de Mount Cashel —ubicado a 5.600 kilómetros de donde el papa Francisco pidió disculpas a los indígenas canadienses el último lunes—, en el que cientos de menores padecieron maltratos en el transcurso de muchos años.
Según la cadena británica BBC, las reclamaciones podrían superar los 40 millones de dólares.
Entre las posesiones de las que se han tenido que despojar, se encuentra la catedral basílica de San Juan Bautista, de 167 años de antigüedad y símbolo del catolicismo en Terranova. El templo, que se localiza en un sitio privilegiado con vistas a la bahía, ha sido liquidado por 2,3 millones de dólares a una fundación católica.
También entregaron, al menos otras 12 iglesias, la residencia del arzobispo, colegios, departamentos, salones parroquiales y terrenos. El precio de las propiedades rebasa los 15 millones de dólares, insuficiente para cubrir todos los acuerdos que la archidiócesis de San Juan ha sido sentenciada a pagar.
El orfanato donde se cometieron los abusos
El orfanato de Mount Cashel, en San Juan, estuvo administrado durante más de un siglo por la Congregación de los Hermanos Cristianos. A lo largo de varias décadas, los niños que eran enviados allí fueron sometidos a maltratos y agresiones sexuales. Los abusos, uno de los mayores escándalos de pedofilia de la Iglesia católica en Canadá, fueron, además, encubiertos por políticos y las autoridades policiales de Terranova.
En 1975, después de varias denuncias, la Policía conversó con varios pequeños del internado, que reportaron agresiones físicas y sexuales, e, incluso, dos religiosos admitieron esos maltratos. Pero el caso fue tapado por la Iglesia, la Policía y la justicia. Los pederastas confesos fueron dirigidos a otras diócesis de la nación donde, después se supo, continuaron perpetrando abusos.
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En 1986, una investigación policial empezó a revelar los ataques sexuales y físicos cometidos durante décadas en el orfanato por parte de los religiosos; y, entre 1989 y 1992, una comisión real investigó las acusaciones.
El informe final de la comisión constató que la Iglesia y las autoridades locales, incluida la Policía Montada, habían ocultado los maltratos en la institución, en la que estaban internados niños que no eran huérfanos, pero que habían sido colocados bajo la custodia de la provincia y que cerró sus puertas en 1990.
Un total de 11 religiosos fueron condenados a penas de entre cuatro meses y 11 años de prisión, y en 1992 la Congregación de los Hermanos Cristianos se disculpó oficialmente con las víctimas, pero la hermandad irlandesa también se declaró en bancarrota, lo que imposibilitó el pago de indemnizaciones.
Durante años, centenares de víctimas de las agresiones lucharon para obtener una indemnización por parte de la Iglesia católica, hasta que, en 2019, los tribunales sentenciaron que la Corporación Episcopal de dicho credo, en San Juan de Terranova, era responsable indirecta de los abusos cometidos.
Con información de EFE