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Justicia para Maryam: condenada a muerte por lapidación tras ser acusada de adulterio

Maryam Alsyed Tiyrab, de 20 años, fue detenida el mes pasado en Sudán. Diversas asociaciones civiles piden su liberación.

Mujeres manifestándose en favor de la igualdad salarial y para la abolición de las leyes discriminatorias contra las mujeres en Sudán, en enero de 2020. Foto: EFE
Mujeres manifestándose en favor de la igualdad salarial y para la abolición de las leyes discriminatorias contra las mujeres en Sudán, en enero de 2020. Foto: EFE

En Sudán, una joven fue condenada a muerte por lapidación tras haber sido arrestada por adulterio. Es el primer caso en ese país desde 2013, cuando otra mujer fue condenada en Kordofán del Sur, pero luego su sentencia fue anulada.

Tras ser detenida el mes pasado en White Nile, Maryam Alsyed Tiyrab, de 20 años, fue juzgada sin abogados, según reportó el diario The Guardian. En estos momentos, la joven está apelando la sentencia y se espera que el juzgado anule su causa, ya que la mayoría de estos juicios son desestimados.

El Centro Africano de Estudios de Justicia y Paz (ACJPS) se pronunció al respecto, y aseguró que la sentencia viola el derecho nacional e internacional. Pidió la “liberación inmediata e incondicional” de Tiyrab.

“La aplicación de la pena de muerte por lapidación por el delito de adulterio es una grave violación del derecho internacional, incluido el derecho a la vida y la prohibición de la tortura y tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”, comunicó el centro.

A los activistas les preocupa que esta condena sea una señal de que el golpe militar de octubre pasado en Sudán haya “envalentonado” a los congresistas para revertir los pequeños logros a favor de los derechos de las mujeres en el país.

Se repite la misma historia

Intisar Abdallah Sharif fue la otra mujer condenada a muerte por lapidación, pero en julio de 2021 salió en libertad gracias a una acción de Amnistía Internacional. La justicia la liberó por falta de pruebas, citando el artículo 141 de la Ley de Procedimiento Penal de 1991 de Sudán.

“Tuvo un juicio injusto. No tuvo acceso a un abogado y el juicio se desarrolló en árabe, idioma que ella no entiende bien. Inicialmente, Intisar se declaró no culpable, pero en otra audiencia posterior admitió los cargos tras haber sido golpeada por su hermano, al parecer. La sentencia condenatoria se basó únicamente en este testimonio”, señala.