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Montañista envió una sonriente foto a su familia segundos antes de morir en una avalancha

El emocionado joven de 27 años envió la imagen con el mensaje “¡Mira donde estoy!”, sin saber el horror de lo que ocurriría a continuación.

La tragedia se confirmó cuando el cuerpo de Filippo fue encontrado el 3 de julio, después de un deslizamiento de hielo, nieve y rocas. Foto: Newsflash
La tragedia se confirmó cuando el cuerpo de Filippo fue encontrado el 3 de julio, después de un deslizamiento de hielo, nieve y rocas. Foto: Newsflash

Filippo Bari, un montañista de 27 años, se tomó una enternecedora fotografía para su familia momentos antes de que una avalancha acabara trágicamente con su vida. El joven había ido a escalar la montaña Marmolada, al noreste de Italia, la más alta de la cordillera de los Dolomitas, con 3.343 metros de altura.

El también padre quiso mostrar los impresionantes alrededores y envió la selfie a su familia. En esta, escribió: “¡Mira dónde estoy!”. Sin embargo, el silencio que le siguió a ese mensaje preocupó a sus seres queridos, quienes no supieron nada de él durante horas.

La tragedia se confirmó cuando el cuerpo sin vida de Filippo fue encontrado el último 3 de julio, después de un mortal deslizamiento de hielo, nieve y rocas, producto del colapso de un glaciar. El desastre dejó siete muertos y 13 desaparecidos.

El desastre dejó siete muertos y 13 desaparecidos.

El desastre dejó siete muertos y 13 desaparecidos. Foto: Newsflash

Su hermano, Andrea, y sus padres, Emanuela y Giuseppe, fueron quienes le revelaron al diario Mirror de Inglaterra que Filippo les había enviado una fotografía en la ladera de la montaña momentos antes de que ocurriera el desastre.

Andrea Bari indicó que “Filippo era un gran amante de las montañas y la naturaleza en general”. Además, agregó que “ya había realizado varias salidas a gran altura, siempre acompañado de gente experimentada y con todo el equipamiento necesario”.

Trabajaba en una ferretería y vivía en Malo, provincia de Vicenza, con su pareja, Jelena, y su hijo de 4 años, también llamado Filippo.

Lo ocurrido no ha hecho más que reavivar el debate sobre las consecuencias y peligros del cambio climático.