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Opuesto a EE. UU.: Chile incluye derecho al aborto en propuesta de su nueva constitución

Una encuesta de Ipsos de septiembre de 2021 mostró que el 73% de los chilenos está a favor del derecho al aborto en general y el 41% considera que debería ser completamente libre.

El influyente movimiento feminista consiguió 15.000 firmas para presentar la primera iniciativa popular de norma referida al derecho al aborto. Foto: AFP
El influyente movimiento feminista consiguió 15.000 firmas para presentar la primera iniciativa popular de norma referida al derecho al aborto. Foto: AFP

La ola feminista que ha agitado Chile en los últimos años logró incluir el derecho al aborto en la nueva constitución, que de ser aprobada pondría a este país, hasta hace unos años muy conservador, a la vanguardia mundial en la materia.

La nueva Carta Fundamental, que redacta desde hace más de un año una Asamblea Constituyente, será sometida a plebiscito el próximo 4 de septiembre.

De aprobarse, ubicaría a Chile en las antípodas de Estados Unidos, que acaba de revocar el derecho federal al aborto, al inscribir explícitamente la mención “interrupción voluntaria del embarazo” en su norma constitucional sobre derechos sexuales y reproductivos.

Es una discusión que todavía divide aguas en el país, pero lejos de los tiempos en que la iglesia Católica imponía su veto, una encuesta de Ipsos de septiembre del año pasado mostró que el 73% de los chilenos está a favor del derecho al aborto en general y el 41% considera que debería ser completamente libre.

En la Convención Constituyente, de 154 miembros y con paridad de género, algunas mujeres se preguntaban si era oportuno incluir “los derechos sexuales y reproductivos con la mención expresa a la interrupción voluntaria del embarazo”.

Pero fue el influyente movimiento feminista el que consiguió 15.000 firmas para presentar la primera iniciativa popular de norma referida al derecho al aborto.

Se presentó “sin ningún eufemismo”, demostrando uno de “los rasgos más relevantes de este proceso y más inédito también, que es que se da en un contexto en que las nuevas generaciones de mujeres y de niñas están creciendo al calor del feminismo”, comentó a la AFP Alondra Carrillo, constituyente impulsora de esta normativa.

“El avance histórico del movimiento feminista nos ha permitido decir que sí es necesario decir las cosas, que sí es necesario llamarlas por su nombre y que sí cambia la historia de nuestro país, la historia de las niñas de nuestro país. En función de esa reflexión, es que tomamos la decisión de incluirlo”, defiende Carrillo, psicóloga de 30 años y parte de la reconocida organización feminista 8M.

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