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Un terremoto de magnitud 6.2 sacude las aguas de Tonga en el Pacífico Sur

Tonga se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas del planeta con mayor actividad sísmica y donde se producen a diario temblores de diferente intensidad.

Área cubierta de ceniza volcánica en Tonga, después de la erupción del Hunga-Tonga-Hunga-Volcán Haa’pai el 15 de enero. Foto: AFP
Área cubierta de ceniza volcánica en Tonga, después de la erupción del Hunga-Tonga-Hunga-Volcán Haa’pai el 15 de enero. Foto: AFP

Un terremoto de magnitud 6.2 sacudió este jueves 27 de enero las aguas del archipiélago de Tonga, en el Pacífico Sur, sin que inicialmente se haya informado de daños o emitido ninguna alerta por tsunami.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, sigla en inglés), que registra la actividad sísmica en todo el mundo, localizó el temblor a una profundidad de 14 kilómetros bajo el lecho marino.

La sacudida se registró a 219 kilómetros al oeste de la ciudad de Pangai, en las islas Ha’apai, y a 250 kilómetros al noroeste de Nuku’alufa, la capital de Tonga.

El Centro de Alertas por Tsunami del Pacífico no ha emitido alarma alguna por riesgo de ola gigante.

Tonga se encuentran en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas del planeta con mayor actividad sísmica y donde se producen a diario temblores de diferente intensidad.

El 15 de enero, la violenta erupción del volcán Hunga-Tonga-Hunga-Ha’apai provocó un tsunami, con olas de hasta 15 metros, que arrasó la nación insular y causó la muerte de al menos tres personas.

Una semana después de sufrir una violenta erupción volcánica y el posterior tsunami, Tonga trata de reponerse gracias al goteo continuo de envíos de ayuda humanitaria de un desastre sin precedentes que ha afectado a cuatro de cada cinco habitantes de este archipiélago del Pacífico.

En su segundo comunicado oficial desde que ocurrió el desastre, el Gobierno de Tonga indicó que el 84 por ciento de la población sufrió las consecuencias de la lluvia de ceniza y el tsunami causados por la atronadora erupción del Hunga Tonga Hunga Ha’apai.

Al igual que los dos días anteriores, el país recibió un avión con un cargamento de ayuda de Nueva Zelanda, que está priorizando el suministro de agua potable, el problema más acuciante, especialmente en algunas islas donde el agua está contaminada con ceniza volcánica.

Las Fuerzas Armadas de Nueva Zelanda indicaron que ya se han descargado 185.000 de los 250.000 litros que el barco HMNZS Aotearoa de la Marina neozelandesa llevó ayer al archipiélago, además de una máquina de desalinización que ya ha comenzado a filtrar agua.