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Bolsonaro elogia a niño con fusil de juguete como ejemplo de “patriotismo”

“Mi felicitación a los padres, por este ejemplo de civilidad, patriotismo y respeto”, exclamó el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, después de sentar a su lado a un menor de seis años vestido de militar y con un arma falsa.

Desde su arribo a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, ha promovido el uso de armas para la "autodefensa" de la sociedad. Foto: AFP
Desde su arribo a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, ha promovido el uso de armas para la "autodefensa" de la sociedad. Foto: AFP

Este jueves, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio paso en el escenario a un niño de 6 años vestido de militar y con un fusil de juguete para enaltecerlo como ejemplo de “civilidad” y “patriotismo”. El hecho sucedió durante un acto oficial celebrado en la ciudad de Belo Horizonte.

Bajo el grito “un pueblo armado jamás será esclavo”, cientos de personas aplaudieron el gesto del líder de la ultraderecha. Luego, el mandatario puso al niño a hacer flexiones en el escenario, lo alzó en brazos y destacó su arma de juguete.

“Tengo casi 70 años. Cuando era niño yo jugaba con armas, con flechas, con hondas. Así fue criada mi generación y crecimos como hombres fuertes, sanos y respetuosos, sostuvo.

Los progenitores del menor también recibieron un agasajo del mandatario. “Mi felicitación a los padres, por este ejemplo de civilidad, patriotismo y respeto”, exclamó el mandatario, quien sentó a su lado al niño durante el resto de la ceremonia.

Al finalizar el evento, en tono de broma y sonriente, Bolsonaro solicitó a su personal de seguridad que se retirase, ya que “ahora, el pequeño Gabriel, de 6 años, se ocupará de eso”.

Desde que llegó al poder en 2019, Jair Bolsonaro ha promovido una política dirigida a facilitar y promover el uso de armas bajo el argumento de la “necesidad de la autodefensa” de sus conciudadanos. La máxima contra la delincuencia del nostálgico defensor de la última dictadura brasileña (1964-1985) se resume en su frase: “bandido bueno es bandido muerto”.

Si bien estas iniciativas polémicas de Bolsonaro han sido mitigadas por el Parlamento y la Corte Suprema, sus seguidores exigen cada vez más la “disolución” de ambos poderes de la nación.