Parlamento Europeo pide programa especial de visados para mujeres afganas
Las y los eurodiputados rechazaron la violenta toma de poder en Afganistán y piden una respuesta coordinada para proteger a las personas más vulnerables.
Legisladores del Parlamento Europeo pidieron este jueves a la Unión Europea (UE) que adopte un programa especial de visados destinado a las mujeres afganas para protegerlas del gobierno de los talibanes y permita que aquellas que lo deseen puedan salir de Afganistán en forma segura. En una resolución adoptada por 536 votos a favor, 96 en contra y 50 abstenciones, los legisladores pidieron a la UE y a sus estados miembros que trabajen juntos para facilitar la evacuación de la ciudadanía en peligro.
Pidieron en particular el establecimiento de “corredores seguros”. “La política de la Unión debe incluir, con carácter prioritario, una ampliación de reasentamiento de las personas más vulnerables y en situación de mayor riesgo, así como otras vías complementarias, como visados humanitarios y un programa especial de visados para las mujeres afganas que buscan protección frente al régimen talibán”, apunta la resolución de acuerdo a lo señalado por la agencia AFP.
El documento también “insta a los Estados miembros a que reevalúen las solicitudes de asilo actuales y recientes, incluidas las denegadas, a la luz de la reciente evolución de la situación”. “Bajo ninguna circunstancia debe haber retornos forzosos a Afganistán”, añadieron los legisladores en el documento, en referencia a la expulsión de migrantes irregulares. En una reunión a finales de agosto, los ministros del interior de los 27 países de la UE acordaron apoyar a los países vecinos de Afganistán para la recepción de refugiados.
Tras la toma de Kabul, capital de Afganistán, por parte los talibanes, una de las mayores preocupaciones es cuál será la situación de los derechos humanos de las mujeres. Cuando los talibanes estuvieron en el poder, entre 1996-2001, las mujeres fueron víctimas de violencia física y se les recortó derechos. Ellas no podían estudiar o trabajar y estaban obligadas a llevar la burka, túnica que cubre el cuerpo y rostro, en espacios públicos. Solo podían tener relaciones sexuales dentro del matrimonio y si se les acusaba de adulterio, eran flageladas.