Departamento de Justicia de EE. UU. protegerá clínicas de aborto en Texas
Gobierno de Biden aplicará ley federal de 1994 con el fin de “proteger los derechos constitucionales de las mujeres y otras personas, incluido el aborto”.
El Departamento de Justicia (DoJ) de Estados Unidos prometió el lunes 6 de septiembre aplicar una ley federal de 1994 que protege el libre acceso a las clínicas que practiquen abortos, en respuesta a la nueva norma de Texas que prácticamente prohíbe este tipo de intervenciones en ese estado.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, explicó en un comunicado que el departamento que dirige está explorando de forma urgente todas las opciones para responder a la ley de Texas con el fin de “proteger los derechos constitucionales de las mujeres y otras personas, incluido el aborto”.
Entretanto, el Gobierno federal defenderá a aquellas personas que quieran “recibir o proporcionar” servicios de salud reproductiva con la aplicación de la Ley de Libertad de Acceso a la Entrada a Clínicas (FACE, en inglés), indicó Garland. “No toleraremos ningún tipo de violencia, impedimento físico o daño material contra las personas que buscan o brindan servicios anticonceptivos”, dijo en el texto.
El DoJ invoca la ley federal de 1994 que prohíbe cualquier forma de violencia contra el ejercicio del derecho al aborto. Con ello, el Gobierno de Joe Biden también busca formas de contrarrestar legalmente la ley texana que la Corte Suprema de Estados Unidos se ha negado a suspender, lo que supone un gran golpe contra las gestantes que deciden interrumpir voluntariamente su embarazo.
El miércoles 1 de septiembre entró en vigor en Texas una legislación que prohíbe el aborto a las seis semanas de gestación, cuando puede detectarse el latido del corazón del feto, aunque en muchos casos muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas. No contempla excepciones en casos de incesto o violación. La única excepción es en caso de emergencia médica.
Ante el retroceso que significa la nueva ley que restringe el aborto en Texas, Estados Unidos, cientos de activistas feministas se congregaron para expresar su disconformidad con este atentado a sus derechos.