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China redobla su apuesta sobre teoría conspirativa de que la COVID-19 es de “origen estadounidense”

Además, un alto funcionario de salud chino acusó a la OMS de “ignorar el sentido común y desafiar la ciencia” ante la investigación en Wuhan de parte de la organización.

El régimen comunista teme que Biden quiera unir a los países occidentales contra el gigante asiático. Foto: AFP
El régimen comunista teme que Biden quiera unir a los países occidentales contra el gigante asiático. Foto: AFP

Beijing se encuentra en estos momentos en una crecida de contagios debido a la variante Delta de la COVID-19. Mientras eso sucede, ha nacido una teoría conspirativa en China que relaciona el origen del coronavirus con las fuerzas armadas de Estados Unidos.

La teoría no cuenta con fundamentos, pero asegura que el virus se puede haber escapado de un laboratorio del Ejército estadounidense; asimismo, ha sido impulsada por funcionarios chinos y medios estatales desde marzo del año pasado.

Sin embargo, desde la semana pasada, Beijing ha duplicado su apuesta para combatir esa teoría conspirativa y ha hecho un llamado a sus diplomáticos y a la propaganda para pedir una investigación de parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) acerca del Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EE. UU. en Fort Detrick, Maryland.

Esta campaña de teorías surge luego de que Beijing rechazara la propuesta de la OMS de hacer una segunda fase de investigación sobre los orígenes de la COVID-19 el mes pasado. La exploración se basaría en auditorías de laboratorios y mercados en Wuhan, el epicentro original de la pandemia de coronavirus.

El pedido ha provocado el enojo de Beijing, incluso un alto funcionario de salud chino acusó a la OMS de “ignorar el sentido común y desafiar la ciencia”.

La OMS publicó un documento sobre el estudio basado en los orígenes de la COVID-19 en China, en marzo, y concluyó que la teoría de la fuga de laboratorio era “extremadamente improbable”. Pese al informe, una gran cantidad de naciones y científicos occidentales han dudado del escrito original y acusan a China de “negar el acceso a datos y muestras originales y completas”.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, mandó a fines de mayo del presente año a las agencias de inteligencia estadounidenses a redoblar el esfuerzo para investigar la procedencia del virus SARS-Cov-2, incluida la posibilidad de que surgiera de un accidente de laboratorio.

En 90 días la comunidad de inteligencia debía informar a Biden, pero desde entonces no ha aparecido ninguna prueba irrefutable que apoye la teoría de la fuga de laboratorio. Muchos científicos creen que lo más probable es que el virus haya pasado de forma natural del animal al humano.

Por el momento, los altos funcionarios de inteligencia señalan que están genuinamente divididos entre las dos teorías.

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