Niño de siete años queda en coma tras violenta clase de judo en Taiwán
“Quiero que escuche que estamos esperando que despierte”, declaró su padre. Según la familia del menor, el entrenador lo arrojó más de 27 veces sobre una colchoneta.
El caso de un niño de siete años que quedó en coma luego de ser lanzado contra una colchoneta 27 veces durante la práctica de judo por su entrenador, afirma la familia del menor, ha conmocionado a Taiwán.
Según informó el portal BBC, el pequeño de la región de Taichung era conocido por sus familiares y amigos como Wei Wei. En la actualidad, se encuentra internado en un centro de salud mientras es monitoreado por el personal médico.
Los lanzamientos del instructor habrían sido sumamente violentos, según detallan los padres del niño, y habrían terminado por dejarlo en la situación en la que se encuentra actualmente.
El entrenador de apellido Ho, inicialmente, fue dejado en libertad por las autoridades, quienes aseguran que no cometió ninguna irregularidad, ya que “la clase se desarrolló con normalidad”.
Sin embargo, aquella disposición causó bastante indignación a los parientes, quienes decidieron llevar el caso ante los medios de comunicación del país asiático.
De momento, el abogado que representa a la academia sostiene que hay pruebas que permiten acusar a Ho del delito de “lesiones graves”, con el agravante de que hirió a un menor de edad.
Huang, padre de Wei Wei, indicó que la familia seguirá con el proceso judicial hasta conseguir una sentencia de prisión en contra del instructor, que está suspendido temporalmente de su cargo.
“Cuando lo visito en el hospital, hablo con él. Quiero que Wei Wei escuche que estamos esperando a que se despierte”, expresó a la prensa local. Por su parte, el hospital dice que las posibilidades de que eso suceda son escasas.
Cultura del abuso
“En Oriente, es común esperar que los niños resistan las dificultades y obedezcan a la autoridad”, manifestó Joanna Feng, directora ejecutiva de la Fundación de Educación Humanística, una ONG que ha luchado durante años para poner fin al castigo corporal y el abuso infantil.
“En nuestra cultura, los maestros son tratados como personas realmente excelentes”, añadió.
En 2020, el Ministerio de Salud y Bienestar de Taiwán recibió informes de 12.610 casos de abuso infantil, la mayoría de los cuales sucedieron en el hogar.
No obstante, muchos casos no se informan debido a la creencia de que los niños deben ser disciplinados estrictamente para que aprendan.