“Muestren los efectos a largo plazo”: Rusia cuestiona la potencial vacuna de Oxford
Durante la presentación de los resultados de su candidata a vacuna Sputnik V, funcionarios rusos se refirieron a las farmacéuticas que están usando métodos experimentales.
Un grupo de representantes del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y el Instituto Gamaleya presentó este viernes 4 de septiembre los principales resultados de la candidata a vacuna Sputnik V, publicados en la revista científica The Lancet, los cuales muestran que por ahora el compuesto es seguro y eficaz para prevenir la COVID-19. En ese sentido, afirmaron que se trata de una respuesta a las críticas de otras farmacéuticas y ahora esperan que estas respondan sus “preguntas”.
Kirill Dmitriev, director ejecutivo del RDIF, explicó que la plataforma en que se basó Sputnik V ha sido ampliamente investigada y “probada”, como en las vacunas contra el ébola. Sin embargo, precisó que ese no es el caso de la tecnología que usan farmacéuticas como AstraZeneca, la cual desarrolla una potencial vacuna junto con la Universidad de Oxford.
“Tenemos muchas preguntas para las farmacéuticas extranjeras. Muestren las consecuencias a largo plazo (de sus potenciales vacunas), como los efectos en la fertilidad”, dijo Dmitriev.
Tanto Sputnik V como la Chadox1 (AstraZeneca-Oxford) usan vectores virales para transportar información genética del coronavirus que causa la COVID-19. El compuesto ruso se basa en una versión modificada del adenovirus humano, conocido por causar resfríos leves, en cambio los británicos utilizan un adenovirus que infecta a chimpancés.
Dmitriev afirmó que las plataformas como estas últimas “todavía no han sido investigadas a fondo”, a diferencia de la que usa el Instituto Gamaleya de Moscú, a la que considera “segura”.
“Pedimos que se publiquen los datos oficiales que demuestren la eficacia a largo plazo de las vacunas basadas en adenovirus de chimpancés o ARNm, la ausencia de riesgos cancerígenos y la ausencia de efectos sobre la fertilidad en su utilización”, declaró antes a la agencia estatal rusa Sputnik.
De ese modo, sus dudas también salpicaron a la candidata a vacuna que desarrolla la farmaceútica estadounidense Moderna, que se basa en el ARNm del coronavirus, material genético que es insertado directamente en el compuesto para que ingrese a las células y produzca inmunidad.
Después de presentar su estudio sobre los primeros ensayos en humanos, la potencial vacuna rusa entró al selecto grupo que realiza pruebas de fase 3 con resultados que respalden su seguridad y eficacia.