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Li-Meng Yan: la viróloga refugiada en EE. UU. que acusa a China y a la OMS de ocultar la existencia de la COVID-19

Huyó a Estados Unidos después de que en China ocultaran sus advertencias sobre la existencia del virus en el 2019. Ahora, después de varios meses en clandestinidad, dio su verdad y en ésta involucra a la OMS.

Li-Meng Yan, la viróloga que huyó de China, acusó a su gobierno y a la OMS por camuflar información sobre el coronavirus. (Foto: composición LR)
Li-Meng Yan, la viróloga que huyó de China, acusó a su gobierno y a la OMS por camuflar información sobre el coronavirus. (Foto: composición LR)

La aparición de Li-Meng Yan puso en tela de juicio lo que hasta ahora se sabe sobre la COVID-19. La mujer oriunda de China es especialista en virología e inmunología y, antes de refugiarse en Estados Unidos, estuvo a cargo de la investigación del coronavirus. Decidió huir cuando descubrió que el Gobierno de su país y la Organización Mundial de la Salud (OMS) encubrieron información relevante sobre la pandemia.

La cadena Fox News entrevistó a la viróloga. En las respuestas de Li-Meng Yan, quien también es epidemióloga de la Universidad de Salud Pública de Hong Kong, había un denominador común: las autoridades chinas habían mentido respeto al origen del coronavirus. Aseguró, inclusive, que la OMS tuvo un papel importante en esta distribución de datos falsos.

La inmunóloga detectó la existencia del virus a finales del 2019 tras realizar una investigación por orden del doctor Leo Poon, supervisor y consultor de la OMS. A pesar de que anticipó la facilidad con la que se podía transmitir y la letalidad que tendría, sus advertencias fueron desestimadas. Según sus propias palabras, el gobierno chino la escuchó, pero prefirió omitir la información.

Fue entonces que decidió compartir toda su investigación y también sus teorías a Lu Deh, un bloguero chino. Este mismo personaje, al notar la peligrosidad que implicaba este tipo de detalles, le recomendó que huyera a Estados Unidos. Li-Meng Yan aceptó. Antes de partir su pareja, Yan, descubrió lo que hizo y la culpó de una posible venganza del gobierno, pero ella se mantuvo fiel a la verdad que manejaba y partió.

El mismo 28 de abril viajó a Los Ángeles, Estados Unidos. Cuando llegó al aeropuerto, unos agentes de aduanas la detuvieron. “Tenía que decirles la verdad”, cuenta. “Les dije que no me devolvieran a China, que yo había venido a contarles la verdad sobre la COVID-19 Y que, por favor, me protegieran. Si no lo hacían el Gobierno chino me mataría”, complementa. Fue interrogada durante horas y, al final, la dejaron libre.

La historia, sin embargo, no terminó ahí. El Gobierno chino, en un acto de persecución, había destruido su apartamento en su ciudad natal Quingdao, China. Los intrusos, inclusive, interrogaron a sus padres, quienes le suplicaron que retorne y olvide este periplo. Hasta la Universidad de Hong Kong, relata, borró todo su historial.

“La doctora Li-Meng Yan ya no es miembro del personal de la Universidad. Por respeto a nuestros empleados actuales y anteriores, no divulgamos información personal sobre ella. Apreciamos su comprensión”, se escribe en la página web del recinto educativo.

La embajada China en Estados Unidos aseguró que no conocen a Yan y que el país asiático ha manejado la pandemia sin pasos en falso. La OMS, por su parte, también desmiente lo dicho por la viróloga. Solo hace unas semanas, esta misma entidad adulteró algunas fechas de la línea de tiempo del COVID-19 y también dijo que maneja información de científicos y no de autoridades de Pekín.