Francia: mujer que cumplió 100 años empieza huelga de hambre para exigir la eutanasia [VIDEO]
Con profunda pena, la centenaria dijo: “Acabo de cumplir 100 años. Hubiese querido nunca festejarlos, pero por desgracia sigo viva”.
Una mujer de 100 años, que reside en la ciudad de Laxou, al noreste de Francia, inició una huelga de hambre para reclamar el derecho a la muerte, ya que quiere poner fin al sufrimiento que le causan los dolores de la vejez.
En conversación con France Info, Hélène Wuillemin contó: “Acabo de cumplir 100 años. Hubiese querido nunca festejarlos, pero por desgracia sigo viva”.
Hélène Wuillemin exige el derecho a la eutanasia. Foto: AFP
PUEDES VER Dos hombres son contratados para una fantasía sexual con machetes, pero se equivocan de casa
“No estoy enferma, pero sufro” sostuvo la anciana. Manifestó que no brinda su atención para ser uan “estrella”. "Es para ayudar a las personas que quieren morir”, dijo Wuillemin al medio local.
Actualmente, Francia prohíbe los suicidios asistidos y la eutanasia. Ante tal realidad, esta profesora jubilada —que crió sola a sus tres hijos tras quedarse viuda a temprana edad— trató de ir a países, como Bélgica o Suiza, pero sus esfuerzos no dieron resultados favorables.
“Sufro cada día más y ya no es tolerable. Solo hay una solución y es la eutanasia. Lo intenté en Suiza, no me aceptaron; y en Bélgica, es complicado. Sin embargo, considero que tengo todos los criterios”, indicó la mujer centenaria, que nació el 6 de marzo de 1920, a AFP.
Desde hace meses que Hélène no sale de su habitación, lugar que tiene vista al bosque de Haya, en los alrededores de la ciudad de Nancy, y los días le parecen de nunca acabar. “Hace algún tiempo ya que no hago casi nada. Miro un poco de televisión, luego hago unos juegos en la computadora y eso es todo. Y luego comienza todo de nuevo”.
Wuillemin admitió a France Info que en una oportunidad pensó en suicidarse, pero no lo hizo porque la idea “le da asco”.
El pasado lunes, 25 de mayo, dejó de ingerir alimentos y solo consume agua, té y sus medicamentos para calmar el dolor debido a su avanzada edad. “Vino el médico y no está muy contento”, dijo con picardía la mujer de ojos azules.