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Virólogo italiano que aplanó curva de la COVID-19: “Apuntamos más a prevenir que a curar”

Andrea Crisanti, el artífice del control del coronavirus en la ciudad italiana de Véneto, aseguró que su fórmula estuvo basada en el muestreo masivo y el aislamiento inmediato en los focos infecciosos.

Andrea Crisanti, el virólogo que salvó a la ciudad italiana Véneto del asedio del COVID-19. (Foto: composición)
Andrea Crisanti, el virólogo que salvó a la ciudad italiana Véneto del asedio del COVID-19. (Foto: composición)

Lombardía no fue la ciudad más afectada por la COVID-19 en Italia. Véneto, ubicada al noreste, también sufrió los estragos de la pandemia del coronavirus. La diferencia es que la segunda localidad contó con un profesional indispensable para contener a la propagación de la enfermedad: el virólogo Andrea Crisanti.

La evolución en ambos territorios fue simétrica en los primeros días, pero con la intervención de Andrea Crisanti las cifras se fueron alejando. Al final, Véneto registró 906 muertes y Lombardía, 11.142 decesos. El virólogo, en una entrevista con diario El País, explicó que los test masivos y el oportuno aislamiento obligatorio fueron los movimientos acertados para frenar el ascenso del virus.

En Véneto las medidas de confinamiento fueron revirtiéndose gradualmente. Andrea Crisanti admite que esto se debe a la actual “capacidad de diagnóstico” y de “monitoreo” de casos en la región. “Si se quiere salir hay que hacerlo con la mascarilla; si se quiere abrir, hay que hacerlo protegido”.

Respecto a cómo su ciudad tuvo un panorama distinto a Lombardía, a pesar que iniciaron en la misma línea, indicó que “el secreto” fue apagar a tiempo “el foco que tenían en Vo’Euganeo’ (principal punto infeccioso de Véndeto)”. Si no se realizaba esa acción confiesa que se habría “llegado a decena de miles de casos en pocas semanas”.

“Cada vez que había un enfermo se lo hicimos (el test) a su familia, aislamos a todos los contactos. Apuntamos más al prevenir que al curar: hoy tenemos 100 casos al día, poco”, enfatizó y complementó contando que hicieron “unos 200.000 test. Unos 20 test por diagnosticado”.

Otras ventajas fueron los recursos que tuvieron para fabricar sus propios dispositivos para el muestreo del coronavirus. “Una de las razones del éxito es que teníamos un tipo de test hecho en casa(...) la primera semana ya teníamos los reactivos para unos 500.000. Los realizamos en el laboratorio de aquí, así que no tuvimos que comprarlos en ninguna industria de diagnóstico”.

También habló acerca de la reactivación en Italia. Debe ser “muy prudente", aseveró. “No hemos olvidado de lo que es convivir con una epidemia. La malaria después de la Segunda Guerra Mundial fue una de las causas principales de la falta de desarrollo económico en tantos lugares de Italia. No se puede tener una sociedad próspera con una enfermedad que causa tantas muertes. No hay convivencia entre epidemia y prosperidad económica”

El virólogo Andrea Crisanti asegura que en la segunda fase del virus se deben adoptar medidas en Italia que no provoquen un nuevo brote de la COVID-19. Propuso la localización permanente de los infectados, pero rechaza tajantemente el uso de un ‘carné de inmunidad’. “No está demostrado que haber superado la infección, proteja”, sentenció.