“Los problemas han sido mis oportunidades para aprender y crecer” [VIDEO]
Luisa Escalona llegó a Perú gracias a una oportunidad laboral que recibió su esposo. Como migrante se le han presentando diversos obstáculos, que asegura, le permitieron descubrir habilidades que desconocía que tenía. Es optimista ante las adversidades y no escatima en poder ayudar a sus semejantes.
Por: María José Vargas y Ernesto Carrasco
Luisa Escalona llegó al Perú hace más de dos años. Es ingeniera informática y madre de un niño, de cuatro. No se intimida ante los problemas que se han presentado en el proceso migratorio, porque asegura que la ayudaron a crecer y le brindaron las mejores oportunidades.
Desde que llegó al país, ha descubierto que tiene otras capacidades y que ha podido desarrollar ayudando a otros. En la actualidad, cuenta con una certificación de disciplina positiva para padres.
“A nosotros se nos presentó la oportunidad porque a mi esposo le ofrecieron un trabajo acá y dada la situación que se estaba viviendo en Venezuela para conseguir los productos básicos, el vivir con incertidumbre y mucho miedo a la inseguridad, decidimos venirnos a Perú”, confesó Luisa.
No duda en aportar al Perú
En Venezuela realizó labores en desarrollo de software y en Perú continúa desarrollándose como profesional. “He trabajado con algunas empresas sobre todo para emprendedores que están empezando y que quieren ofrecer servicios diferentes. Yo ofrezco planes de pago para poder generar un producto de calidad, que les permita a ellos surgir y a mi producir económicamente, además, me queda tiempo para atender a mi hijo”, detalló Luisa.
La joven madre, también realiza otra labor, que en estos tiempos, tienen un valor significativo como es la crianza de un hijo. “Desde el año pasado, me certifiqué como facilitadora de disciplina positiva para padres y he comenzado a ofrecer talleres gratuitos en línea para todos esos padres, que buscan una alternativa en la crianza tradicional y así tener niños seguros, autónomos y que se sientan emocionalmente sanos”.
La discriminación afectó a su familia
“Afortunadamente yo no he sido víctima de ningún tipo de agresión o discriminación, pero si recuerdo que mi esposo si. Todo pasó en un bus. Él tuvo un altercado con una persona, ambos querían pasar, pero el otro usuario se exaltó mucho y le dijo que se regresara a su país. Mi esposo me comentó que se impresionó mucho porque no se lo esperaba, sobretodo, en un ambiente donde estaba siendo respetuoso, amable y tratando de respetar las reglas”, recordó Luisa.
La migración la hizo más habilidosa
Para Luisa Escalona, la migración y todo lo que ha vivido junto a su familia en los últimos dos años, le ha permitido conocer o poner de manifiesto habilidades que no sabía que tenía. “Hemos descubierto el poder para emprender en medio de situaciones difíciles. Pese a que nos vinimos por una oferta de trabajo de mi esposo, la empresa que lo trajo, le dejó de pagar un año después. Pasaron meses para que él volviera a recibir ese salario”.
Dice que se ha dado cuenta las cosas que puede lograr si se plantean con determinación. “En ese momento que pasamos teníamos pensamientos de regresarnos a Venezuela porque no veníamos final a ese momento difícil que estábamos viviendo. Gracias a nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo y de no desistir, nos hemos dado cuenta de nuestras capacidades”, puntualizó.
Precisó, además, que de regresar a Venezuela sería para explotar las capacidades pero sin la seguridad física no se garantiza, ve poco probable regresar en este momento.
Los cambios
“En mi entorno creo que ha cambiado la forma de como vemos los problemas. No lo veo como algo que hay que atacar, sino algo que hay que superar. Los problemas son oportunidades para aprender, no preguntarnos por qué nos está pasando. Simplemente decir que nos está tratando de decir Dios, la vida o como quieran llamarlo sobre nosotros mismos”, señaló Luisa, quien se ha reinventado en medio de las adversidades.
“Sin duda, a mí (la migración) me ha hecho crecer, tener más empatía con personas que están en la misma situación, migrantes, desplazados, personas que han tenido que salir de su hogar porque quieren sobrevivir y quieren tener una vida relativamente normal”.
La mujer venezolana bajo el estigma
“Creo que si esta estigmatizada la mujer venezolana. Nos ven como la persona que está pendiente del físico o que se arregla. A veces siento que nos ven como un tipo de competencia en alguna oferta de trabajo. La consideran como alguien que está allí para quitarte el puesto de trabajo o esa oportunidad laboral”, señaló.
Extrañas y superar el duelo migratorio
Luisa confesó extraña cantar la canción de cumpleaños venezolana en celebraciones familiares, pero advierte que aún no es momento de regresar al país que la vio nacer
“Me di cuenta hace poco que me he adaptado tras dos años de haber llegado. Todo ha pasado cuando comencé a entablar amistad con personas locales, conocer a quienes veía todos los días, que me saludaban o me reconocían en el supermercado. Es en ese momento que me sentí parte de la comunidad. Creo que entender eso ha sido lo más difícil de todo, pese a que me desenvolvía en determinado lugar y estábamos económicamente activos, pero eso no era garantía de que estábamos adaptados. Todo llegó cuando nos sentimos parte de la comunidad", remarcó la ingeniera venezolana.