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La “mancha” de agua caliente del Pacífico causó la mayor muerte de aves marinas registrada

Los científicos han rastreado los terribles efectos de la masa de agua cálida entre 2014 y 2016, y que reapareció recientemente en la zona sur del océano, dirigiéndose a Sudamérica.

La masa de agua anormalmente cálida causó alrededor de un millón de muertes en aves marinas. Imágenes: Universidad de Washington / NASA.
La masa de agua anormalmente cálida causó alrededor de un millón de muertes en aves marinas. Imágenes: Universidad de Washington / NASA.

La mayor muerte de aves marinas registrada en la historia. Casi un millón de ejemplares de diversas especies salvajes murieron a causa de la masa de agua caliente que permaneció en el noreste del Pacífico entre 2014 y 2016, según un nuevo estudio científico.

La investigación se basó en los 62 000 cadáveres de arao común (Uria aalge) que aparecieron en la costa oeste de Estados Unidos Canadá y Alaska durante 2015 y 2016. Dado que solo una fracción de las aves que mueren en el mar terminan en la orilla, los científicos determinaron que se trató de una oleada de muertes aún más catastrófica.

De acuerdo al estudio, publicado en PLOS One, las aves habían muerto por inanición debido a la repentina falta de alimentos en las aguas más cálidas. Los investigadores rastrearon las causas y concluyeron que en esta zona los peces depredadores habían dejado sin presas a los araos y otras especies. Pero, ¿qué causó esta actividad?

Araos ('Uria aalge') encontrados en una playa de Alaska (EE. UU.). Foto: COASST.

Araos ('Uria aalge') encontrados en una playa de Alaska (EE. UU.). Foto: COASST.

La “mancha” caliente altera el apetito

El equipo estudió muestras de peces y plancton recolectados durante el período en que la masa de agua estaba en su etapa más cálida, así como otros informes, y determinaron que las altas temperaturas en el océano habían acelerado el metabolismo de los depredadores marinos de sangre fría.

Por tanto, estas especies debieron estar comiendo más de lo habitual, reduciendo drásticamente la cantidad de peces forrajeros (sardinas, anchoas, arenques, etc.), el alimento básico de las decenas de miles de araos que fueron hallados muertos en las costas norteamericanas.

La bióloga Julia Parrish, de la Universidad de Washington, explicó que este desastre se produjo al haber “menos peces forrajeros y presas más pequeñas, al mismo tiempo que aumentó en gran medida la competencia de los grandes depredadores de peces como el lucioperco, el abadejo y el bacalao del Pacífico”.

La mancha caliente se acercó a las costas de Norteamérica entre 2014 y 2016. Imagen: NASA.

La mancha caliente se acercó a las costas de Norteamérica entre 2014 y 2016. Imagen: NASA.

Por su parte, John Piatt, biólogo del Centro de Ciencias de Alaska (EE. UU.), explicó que las demandas alimentarias de estos enormes peces aumentaron drásticamente con el nivel de calentamiento observado en la “mancha” caliente.

“Dado que comen muchas de las mismas presas que los araos, esta competencia probablemente agravó el problema del suministro de alimentos para las aves, lo que llevó a eventos de mortalidad masiva por inanición”, declaró en un comunicado.

También se registraron muertes masivas de especies de aves como auklets y frailecillos de Cassin. Según los científicos, estos eventos también se pueden atribuir a los efectos de la masa de agua caliente que acechó en el Pacífico durante aquel período. En total, sumaron cerca de un millón de víctimas.

Fotos: David B. Hierros / COASST.

Fotos: David B. Hierros / COASST.

Futuras amenazas

Una mancha de agua caliente volvió aparecer en el Pacífico sur antes de que finalice el 2019. Se espera que fenómenos como este sigan intensificándose y aumentando a medida que el calentamiento global sigue su camino, reporta la web especializada Sciencealert.

Estos son pronósticos preocupantes si se tienen en cuenta los efectos en el ecosistema marino que identificó el reciente estudio.

“La magnitud y escala de este fracaso no tiene precedentes. Fue sorprendente y alarmante, y una advertencia de bandera roja sobre el tremendo impacto que el calentamiento oceánico sostenido puede tener en el ecosistema”, expresa Piatt.