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Extraña nieve de hierro estaría cubriendo el ultracaliente núcleo de la Tierra

El núcleo interno tiene temperaturas que se acercan a los 6000 °C, pero los científicos han detectado un raro tipo de nieve que se forma como una capa alrededor.

El núcleo interno estaría siendo cubierto por una capa de nieve de hierro.
El núcleo interno estaría siendo cubierto por una capa de nieve de hierro.

Científicos de China y EE. UU. ha determinado que la superficie del núcleo interno de la Tierra estaría cubierta por una capa de un extraño tipo de nieve, compuesto por partículas de hierro, que se forman en el núcleo externo.

Antes de llegar a esta conclusión, los investigadores habían analizado la velocidad a la que pasan las ondas sísmicas a través del centro del planeta. Luego se dieron cuenta de que se propagan más rápido de lo esperado cuando pasan por el hemisferio este de la capa superior del núcleo interno y se ralentizan cuando atraviesan la parte baja del núcleo externo.

Para explicar este fenómeno, recurrieron a la hipótesis Stali Braginski, que en la década de 1960 sugirió la existencia de una capa de polvo metálico entre las dos partes del núcleo. Esta capa podría desacelerar el paso de las ondas sísmicas, precisamente lo que los científicos acababan de descubrir.

“Es algo extraño pensar en eso. Hay cristales dentro del núcleo externo que se precipitan sobre el núcleo interno sobre una distancia de varios cientos de kilómetros”, dice en un comunicado Nicj Dygert, profesor de la Universidad de Texas (EE. UU.) y coautor del estudio publicado en la revista JGR Solid Earth.

Representación de la nieve de hierro que está sobre el núcleo interno de la Tierra. Imagen: UT Austin.

Representación de la nieve de hierro que está sobre el núcleo interno de la Tierra. Imagen: UT Austin.

Otro integrante del equipo, el profesor Youjun Zhang, realizó una serie de experimentos para corroborar la hipótesis. De esta manera, descubrió que los cristales basados en hierro pueden componer cerca del 15% de la parte inferior del núcleo externo.

Las ondas sísmicas mostraron que la capa de nieve de hierro cambia su grosor a través de la superficie del núcleo interno: es más gruesa en el hemisferio oeste, donde los montículos pueden alcanzar alturas de 300 kilómetros.

Zhang destaca que “el límite interno del núcleo no es una superficie simple y lisa” y que esto “puede afectar la conducción térmica y las convecciones del núcleo”.