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Descubren la verdad oculta en las estatuas moái de la Isla de Pascua

Enterradas en esa remota isla volcánica de la Polinesia, las estatuas moái fueron analizadas por científicos de Estados Unidos. Encontraron “cosas que nunca hubieran pensado que estaban allí”.

Las estatuas moai en la Isla de Pascua (Chile) estaban asentadas desde antes de la llega de los europeos a Sudamérica en el siglo XVIII. Fotos: Mayumi Ishikawa / UCLA.
Las estatuas moai en la Isla de Pascua (Chile) estaban asentadas desde antes de la llega de los europeos a Sudamérica en el siglo XVIII. Fotos: Mayumi Ishikawa / UCLA.

En la Isla de Pascua —también conocida como Rapa Nui—, ubicada en Chile, hay unas 1000 estatuas monolíticas que ya estaban asentadas antes de la llegada de los europeos en el siglo XVIII.

Los más de 600 moais en pie (hay varios otros acostados o a semiconstruir) en la Isla de Pascua son su principal atractivo turístico. Con una altura media de 3,5 metros y labrados en piedras monolíticas, su origen aún es un misterio.

Isla de Pascua se ubica en el Pacífico a unos 3.500 km de la costa chilena y a 4.050 km de Tahití, con unos 4.000 habitantes, en su mayoría pertenecientes a la etnia polinesia Rapa Nui.

Durante muchos años, los investigadores no entendieron el verdadero propósito de estas creaciones, pero un reciente estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) parece haber revelado el misterio.

Según la investigación, los rapanuis consideraban que los monolitos moái mejoraban la fertilidad del suelo y les brindaban los alimentos necesarios para su subsistencia. Y no estaban tan equivocados.

El misterio de las estatuas moái

Antes de llegar a esta conclusión, los científicos se habían percatado de que la isla carece de buenos terrenos de cultivo debido a la saturación de los suelos por los minerales a consecuencia de la trituración de la piedra.

El equipo internacional liderado por Jo Anne Van Tilburg excavó durante cinco años la cantera de Rano Raraku, en la parte oriental de la isla, donde se ubica el 95% de las estatuas moái.

Las excavaciones realizadas por los científicos de la UCLA revelaron la increíble qúimica en los suelos de la cantera Rano Raraku. Foto: UCLA.

Las excavaciones realizadas por los científicos de la UCLA revelaron la increíble qúimica en los suelos de la cantera Rano Raraku. Foto: UCLA.

“Cuando obtuvimos los resultados, miré dos veces. Había niveles realmente altos de cosas que nunca hubiera pensado que estarían allí, como calcio y fósforo. [...] que son claves para el crecimiento de las plantas y esenciales para altos rendimientos”, dice en un comunicado la geóloga Sarah Sherwood, que participó en la investigación, publicada en el Journal of Archaeological Science.

Los especialistas encontraron rastros de banana, taro y camote que habrían sido cultivados alrededor de los monolitos. Asimismo, el análisis del suelo reveló que el tallado de las estatuas antes de enterrarlas, así como los movimientos de tierra en la cantera, permitieron que la tierra se enriqueciera de nutrientes.

“En cualquier otro lugar de la isla, el suelo se desgastaba rápidamente, se erosionaba, perdía elementos que alimentaban a las plantas, pero en la cantera, con su constante flujo de pequeños fragmentos de roca generado por el proceso de extracción, hay un sistema perfecto de agua, fertilizantes naturales y nutrientes”, explicó Sherwood.

Los moái que se quedaron

El estudio, además de corroborar en cierto modo las creencias de los rapanuis de que los moái les proveían fertilidad a sus tierras, explica otro gran misterio: la razón por la que muchas estatuas fueron dejadas en Rano Raraku.

Los arqueólogos se preguntaban por qué las estatuas de Rano Rakanu no fueron asentadas junto a las demás. Foto: Arian Zwegers.

Los arqueólogos se preguntaban por qué las estatuas de Rano Rakanu no fueron asentadas junto a las demás. Foto: Arian Zwegers.

“Ese estudio altera radicalmente la idea de que todas las estatuas en pie en Rano Raraku simplemente estaban esperando a ser transportadas fuera de la cantera”, señala Van Tilburg.

Sherwood explica que los moái fueron dejados en aquella zona para asegurar la “naturaleza sagrada de la propia cantera”. “Nuestra excavación amplía nuestra perspectiva de los moái y nos anima a darnos cuenta de que nada, por obvio que sea, es exactamente lo que parece. Creo que nuestro análisis humaniza el proceso de producción de los moái”, añade.

Van Tilburg ha estado trabajando en la Rapa Nui durante más de tres décadas. Su proyecto Estatua de la Isla de Pascua es apoyado en parte por el Instituto de Arqueología Cotsen de la UCLA.

¿Cómo se construyeron las estatuas moái?

De acuerdo a las investigaciones, los monolitos de Isla de Pascua fueron esculpidos, en un principio, en basalto, traquita y escoria roja, pero poco después los talladores se fijaron en el volcán Maunga Eo (que significa “cerro aromático”), más conocido como Rano Raraku.

La piedra volcánica de color amarillo grisáceo, que se da exclusivamente en ese lugar de la isla, es un tipo de ceniza compacta con incrustaciones de basalto.

Este material, llamado toba lapilli, resultó ser más idóneo que la blanda escoria o el durísimo basalto, para la construcción masiva de estatuas mediante el uso de simples herramientas.

Isla de Pascua en peligro de extinción

La Isla de Pascua es uno de los 25 lugares del patrimonio cultural mundial que están en peligro de extinción, de acuerdo a la organización World Monuments Watch (WMF).

Desde 1996 el WMF elabora este listado, elegidos en base a su importancia histórica y a su impacto social en el mundo actual, comunicó el portal turístico Voy de viaje.

La remota isla volcánica queda en territorio chileno. Foto: captura de pantalla

La remota isla volcánica queda en territorio chileno

Frente al crecimiento urbano y los desastres naturales, entre otros factores, la organización busca preservar estos sitios. Junto a la Isla de Pascua sobresalen la catedral de Notre Dame y el Valle Sagrado de los Incas.