¿Qué es en realidad “el asteroide de la muerte”?: La NASA desvela el misterio de este objeto ‘vivo’
Al llegar a Bennu, también es conocido como el “padre de los asteroides”, una nave detectó que la extraña roca dispara partículas al espacio.
El asteroide Bennu ha despertado la curiosidad de la comunidad científica en los últimos meses, sobre todo después de que la nave espacial OSIRIS-REX de la NASA descubrió que el objeto tenía un comportamiento desconcertante.
A finales del 2018, la misión llegó al asteroide y, apenas una semana después, el 6 de enero de este año, sus cámaras captaron un extraño evento de expulsión de partículas en el denominado “asteroide de la muerte": a primera vista, parecían estrellas detrás del asteroide, pero un análisis más detallado permitió concluir que era material saliendo de su superficie, indicó la NASA en un comunicado.
Tras meses de estudio para descifrar qué era lo sucedía en Bennu, el equipo de la misión publicó sus hallazgos en un artículo publicado en Science el 6 de diciembre, donde detallan sus observaciones de tres grandes expulsiones de partículas, que se originaron en diferentes zonas del asteroide.
Los científicos descubrieron que algunas de las partículas (que medían hasta 10 cm) orbitaron brevemente al asteroide y cayeron de regreso a su superficie, mientras que otras salían disparadas al espacio.
¿Qué está causando este fenómeno?
Entre los posibles mecanismos que pueden haber ocasionado la eyección del material, los investigadores sugieren tres hipótesis: impactos de meteoritos en la superficie, fractura por estrés térmico y liberación de vapor de agua.
Es posible que la nave de la NASA no se haya percatado de los impactos de pequeños meteoritos en el asteroide, lo que pudo haber sacudido las partículas sueltas en la superficie.
Superficie del asteroide Bennu captada a 5 km por la nave OSIRIS-REx. Crédito: NASA.
El equipo también determinó que la fractura por estrés térmico podría explicar el fenómeno. Esto sucedería en los momentos en que el Sol calienta el asteroide (media tarde), que coincide con los tres grandes eventos registrados: el cambio de temperatura puede hacer que las rocas comiencen a agrietarse y romperse, lo que deja partículas propensas a ser expulsadas.
El otro posible escenario también se produciría durante el aumento de temperatura. Si el asteroide contiene agua, esta liberaría vapor y comenzaría a crear presión desde adentro, lo que puede agrietar la superficie y provocar la erupción de partículas.
Las rayas azules muestran la trayectoria de las partículas que salen del asteroide. Algunas regresan a la superficie. Crédito: NASA.
Pero este fenómeno podría producirse por más de un mecanismo. “Por ejemplo, la fractura térmica podría estar cortando el material de superficie en pedazos pequeños, lo que facilita que el impacto de meteoritos pueda lanzar piedras al espacio”, explica Steve Chesley, autor del artículo e investigador principal del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Una oportunidad para entender estos cuerpos
Bennu viaja a una velocidad de 101.389 kilómetros por hora y tiene un diámetro de 500 metros, aunque su trayectoria -afortunadamente- no supone un riesgo de colisión para nuestro planeta.
Sin embargo, la agencia espacial espera conocer un poco más de esta singular roca espacial, por lo que tiene planeado recolectar muestras de su superficie para mediados de 2020, y llegada de las mismas a la Tierra para septiembre de 2023.