Rafael Correa asegura que lo persiguen más que a Al Capone, Augusto Pinochet y al Chapo Guzmán [VIDEO]
El exmandatario de Ecuador se presentó en México y arremetió contra sus detractores, además de cuestionar los procesos judiciales contra los líderes de izquierda en Latinoamérica por ‘’la sed de venganza de los eternos poderes’’.
El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció que tanto él como los líderes de la izquierda latinoamericana son perseguidos por la oposición.
Durante una conferencia en la Ciudad de México, Correa se burló de sus detractores y aseguró que ‘’lo persiguen más que a Al Capone, Augusto Pinochet y el Chapo Guzmán juntos’’.
‘’Han buscado mis cuentas bancarias, mis movimientos financieros y migratorios (...) y no han encontrado absolutamente nada y jamás lo encontrarán porque sencillamente no existe’’, recalcó ante la audiencia, la cual dejó escapar algunas risas tras la comparación con el capo de la mafia estadounidense, el dictador chileno y el líder del Cártel de Sinaloa.
Cabe resaltar que Rafael Correa está refugiado en Bélgica desde que terminó su mandato en 2017, y desde las redes sociales o entrevistas, suele arremeter contra sus detractores, quienes lo vinculan a escándalos de corrupción.
Sin embargo, para el exmandatario ecuatoriano su gobierno ‘’sí luchó contra la corrupción’’ y condenó que encarcelaran a su vicepresidente Jorge Glass, quien recibió sobornos de Odebrecht dado que "no hay ninguna prueba en su contra.
Respecto al presidente Lenin Moreno, no dudó en tildarlo de ‘’traidor’’ por ‘’vender Ecuador al Fondo Monetario Internacional’’.
¿Persecución a los líderes de izquierda?
Rafael Correa afirma que tanto él como otros líderes latinoamericanos de izquierda son perseguidos por "los eternos poderes que siempre dominaron en Latinoamérica y la sumieron en el atraso y la desigualdad regresaron con sed de venganza (…) que cuentan con el respaldo mediático para presionar a los jueces’’.
Además, la otrora máxima autoridad de Ecuador cree que las investigaciones se utilizan para ‘’destruir procesos nacionalpopulares’’, como los de Lula da Silva en Brasil y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina.
“Un Gobierno honesto no es el que nunca tuvo casos de corrupción sino el que nunca los toleró”, finalizó luego de reconocer que a pesar de la irregularidad en algunas gestiones progresistas.
