Mundo

Abusó a más de 200 bebés y niños: fue apuñalado hasta la muerte en la cárcel

El pederasta británico fue hasta Malasia para grabar las violaciones y presumirlas en internet. “Una niña de tres años tan leal a mí como un perro”, escribió en una oportunidad.

Además de los abusos, Richard Huckle confesó haber grabado sus crímenes y venderlos por internet. Fotos: The Sun.
Además de los abusos, Richard Huckle confesó haber grabado sus crímenes y venderlos por internet. Fotos: The Sun.

Richard Huckle, británico condenado a 22 cadenas perpetuas en 2016 por haber abusado sexualmente a unos 200 bebés y niños en Malasia, fue encontrado muerto el último domingo en la celda donde cumplía su condena, en Yorkshire, Reino Unido.

El cuerpo del criminal conocido como el “pedófilo del año sabático” fue hallado con múltiples heridas de cuchillo. Huclkle había visitado Malasia en más de una oportunidad, siendo la primera durante el año sabático que se tomó cuando tenía 19 años.

Cuando tenía 33 años, en calidad de profesor de inglés, se acercó a menores en comunidades empobrecidas para enseñarles el idioma. Asimismo, hizo uso de sus antecedentes como miembro de una iglesia baptista para ser acogido en las comunidades cristianas de la región.

Richard Huckle. Foto: AFP.

Richard Huckle. Foto: AFP.

Cuando fue capturado por los abusos, Huckle admitió 71 casos de abusos contra niños de entre seis meses y 12 años desde 2006 hasta 2014. Aunque se estima un número de víctimas que asciende a 200, según The Sun.

Además, él mismo había compartido las imágenes de sus atrocidades en la deep web o ‘internet oscura’, lo cuál admitió durante el juicio. En aquel espacio digital, Huckle presumía los abusos.

“Había ganado el premio gordo, una niña de tres años tan leal a mi como mi perro y a nadie parecía importarle", escribió en una ocasión.

Cuando Richard Huckle llegó al aeropuerto de Gatwick en Londres, la policía de la ciudad, que había sido avisada por las autoridades australianas, logró su inmediato arresto. Era 2014 y el pederasta iba a pasar las fiestas de fin de año con su familia.

Tras incautar su computadora, los detectives lograron recuperar más de 20.000 imágenes de los menores, las mismas que Huckle vendía en línea por bitcoins, en transacciones que no podían ser rastreadas.