¿Algún día el idioma inglés será desplazado por otro en el terreno de la ciencia?
Hegemonía. Los investigadores señalan que la “lengua universal” ha desdibujado textos científicos escritos en alemán, ruso y japonés desde hace 69 años.
Por casi 70 años, el idioma inglés o ‘lenguaje universal’ ha reclamado la cúspide en el podio de las investigaciones científicas, desdeñando así a textos fundamentales escritos en ruso, alemán, japonés y chino. ¿Por qué se adoptó esta suerte de ley general?
Michael Gordin, historiador de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), sostuvo ante la BBC que a partir de 1950 el inglés como forma de comunicación ya representaba el 50% de textos en ciencias naturales, seguido de Rusia con un 20%.
Sin embargo, más adelante, el estudioso planteó que en los años setenta el inglés monopolizó el idioma de las ciencias naturales y debido a ello su preferencia se incrementó hasta el 90%. El gigante europeo, tomando en cuenta la enorme diferencia, quedó relegado sin posibilidades de remontar.
De acuerdo al citado medio londinense, desde 1980 un tercio de publicaciones científicas generales estaban en inglés, otro tercio en francés y el restante en alemán.
“Si yo hubiese dicho en 1900 que habría una lengua sola para la ciencia en el año 2000, la gente se habría reído primero, y después habría apostado a que sería el alemán”, señaló el investigador y se preguntó a sí mismo qué sucedió con tal especulación.
Su postura es icónica, didáctica: Alemania sufrió las peores mutaciones cuando surgió el período nazi, previo a la Segunda Guerra Mundial. Por una arista, los científicos de origen judío y diversos socialistas decidieron abandonar los dominios de Adolf Hitler.
“Eso significó que muchos científicos que eran la elite de la elite se fueron a Reino Unido o EE.UU. y por ello acabaron hablando inglés”, intervinó Gordin.
Las restricciones a las visas de los estudiantes, el quebrantamiento de las redes interconectadas y la poca importancia del contexto volcaron todas las opciones del país teutón para desarrollar manuscritos de observaciones o experimentos. El historiador resaltó que Nueva York, San Francisco, Boston, Princeton tuvieron auge respecto al tema, comparado a los alrededores de Frankfurt, Colonia o Viena.
Asimismo, no todo es de tonalidad oscura. El manejo de la lengua común permite una mejor interacción entre estados, sí, pero no hay que olvidar las desventajas. Las facilidades para aprender a articular vocablos de otro tipo de fonología son una barrera; en otras palabras, un genio, por ejemplo, no tiene por qué ser capaz de hablar perfecto un idioma a nivel nativo.
Tirar la toalla no es una opción, según Gordin. “La tendencia de la historia siempre es al cambio”, pronunció el historiador como dogma de fe, como encender una vela en la penumbra.
“No creo que el inglés sea reemplazado por un solo idioma en los próximos 150 años, pero es más probable que regresemos al modelo del siglo XIX, en el que había tres idiomas”, vaticinó.