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A 75 años de los combates que liberaron París

Rebeldía y fortaleza. Tras cruentas batallas, el 25 de agosto de 1944, fuerzas de la resistencia francesa obligan a las tropas nazis a rendirse. Un capítulo emblemático de la II Guerra Mundial.

Desde el Día D, el desembarco aliado en Normandía el 6 de junio de 1944, hasta la liberación de París el 25 de agosto, transcurrieron menos de tres meses que estuvieron marcados por encarnizados combates, por las calles y suburbios de París, contra la ocupación alemana. Hace 75 años ocurrió este importante evento de la II Guerra Mundial.

En agosto de 1944, sin esperar a que llegaran los aliados, París escala la sublevación tras cuatro años de ocupación alemana. Semanas de huelgas, barricadas y combates callejeros, hasta que el 25 de ese mes, la capital de Francia recibe al general Charles de Gaulle quien proclama por fin: “París liberada”.

El 14 de junio De Gaulle desembarca en suelo francés y pronuncia su primer discurso en territorio liberado, en Bayeux, al noroeste de Francia, Calvados. El general francés, además apoya en el desembarco de Provenza (sureste de Francia), la llamada operación “Dragoon”.

Las fuerzas aliadas (450.000 hombres, de los cuales 250.000 son franceses venidos mayoritariamente del ejército de África). Todos se lanzaron al asalto de las posiciones alemanas.

El comando alemán no resistió la arremetida constante de la civilidad francesa y París cada día cedía mientras que el Consejo Nacional de la Resistencia (CNR) y el Comité Parisino de Liberación Nacional (CPL) coordinaban y llamaban a una insurrección en la Ciudad Luz.

El 19 de agosto, sin esperar una orden del gobierno provisional instalado en Argel, Alexandre Parodi, uno de los representantes de De Gaulle, hace un llamado, junto con la resistencia parisina, a la insurrección: “¡Franceses, todos a luchar!”

Los ferrocarriles y los metros entran en huelga y la policía deja de trabajar. En grupos, los efectivos de Rol-Tanguy atacan a soldados y vehículos alemanes aislados, y otros ocupan alcaldías, comisarías y oficinas de correos en manos del enemigo.

Semana decisiva

El 20 de agosto, viendo que sus fuerzas militares ya no podían resistir, el mariscal Philippe Pétain, que dirigía el Estado francés desde julio de 1940, abandonó Vichy bajo escolta alemana hacia Belfort, y después hacia Sigmarigen en Alemania.

En París, los alemanes prepararon su huida y la Gestapo quemó sus documentos en la calle de Saussaies, donde se había instalado en 1940.

Es el comienzo de una semana enloquecida. En el bando alemán, 16.000 hombres, 80 tanques y unos 60 cañones están, desde el 7 de agosto, bajo el mando del general Dietrich von Choltitz, instalado en el Hôtel Meurice, en la calle Rivoli.

Los combates callejeros, a veces sangrientos, se van extendiendo. Se ve a mujeres, niños y párrocos colaborando en la formación de barricadas improvisadas en las calles de la capital, construidas con vehículos incendiados, tapas de alcantarilla o incluso urinarios públicos arrancados.

Desorganizados, los alemanes van siendo confinados poco a poco por los combatientes de las Fuerzas del Interior de Francia (FFI) en algunos puntos de la ciudad. En la víspera llegan tanques pilotados por españoles republicanos antifranquistas de la 9ª Compañía, la “Nueve”. El viernes 25 de agosto por la mañana, los tanques Sherman entran en París en tres columnas por el sur y el oeste, acompañados de las FFI. “¡Llegan los franceses! ¡Aquí están! Bajan por el bulevar de los Inválidos”, gritan los parisinos.

A mediodía, la bandera francesa ondea en la Torre Eiffel, presidida durante más de 1.500 días por una cruz gamada.

Poco a poco, los rumores de la batalla se van apagando. Los alemanes azorados, aterrorizados van saliendo de todas partes, con las manos sobre la cabeza, y se encaminan entre insultos, escupitajos y golpes, hacia el cautiverio.

Nazis se rinden a la resistencia y capitulan

Durante los últimos días de la ocupación nazi de París, Dietrich von Choltitz fue gobernador militar alemán. Quien en algún momento rechaza la orden de Hitler de transformar la ciudad en "un campo de ruinas", el 25 de agosto de 1944, se rinde, eran las 14H30.

Una hora más tarde, firma la capitulación y el general De Gaulle llega al ayuntamiento, una multitud lo ovaciona.

La “batalla de París” le costó la vida a casi 1.000 miembros de las FFI, 130 soldados de la 2ª División Blindada y unos 600 civiles, así como a más de 3.000 soldados alemanes.