Los prisioneros confinados en la peores cárceles de Nicaragua son, en su mayoría, opositores al régimen de Daniel Ortega.,Día a día, la represión de Nicaragua aumenta debido a la cantidad de ciudadanos que se unen a las protestas contra el régimen de Daniel Ortega, que permanece en la presidencia del país centroamericano por doce años, sin contar sus mandatos entre 1979-90. El líder sandinista cumple su tercer periodo en medio de protestas y acusaciones de fraude. Son precisamente estas protestas las que desestabilizan el gobierno, considerado por muchos como dictadura, de Ortega. Para evitar más revueltas, el gobierno Sandinista ha elegido la represión y la tortura sobre los manifestantes. Entre ellos se encuentra Lenin Rojas Contreras (36), preso político excarcelado en marzo pasado por el régimen Sandinista. Según relató, los 'investigadores' le propinaron una paliza y le obligaron a brindar información, que aseguró no conocer. Como no dijo lo que esperaban escuchar, uno de ellos le arrancó tres uñas de la mano izquierda con una tenaza. PUEDES VER Régimen de Nicaragua teme por paro nacional: promete liberar presos y amenaza empresarios Métodos como estos son declaraciones recurrentes entre los excarcelados nicaragüenses, quienes colaboraron con el diario La Prensa, abiertamente contrario al régimen, para crear una lista de técnicas de tortura utilizados por los Sandinistas. La lista incluía desprendimiento de dientes y dedos, marcas en el cuerpo, secuestros, aislamiento, asfixia, quemaduras con ácido y con fuego, amarres extremos, confinamiento en sumideros y violaciones sexuales con el cañón de rifles AK. Si bien no es la primera vez que se acusa torturas por parte del régimen Sandinista, las denuncias se han incrementado tras el estallido de las protestas en abril del 2018, mes en el que los nicaragüenses salieron a las calles para protestar, en primera instancia, contra las reformas a la seguridad social que afectaban la economía de los ciudadanos, para luego exigir que los Ortega Murillo abandonaran el poder. PUEDES VER Amnistía Internacional exige liberación de periodistas presos en Nicaragua Tras la brutal represión sufrida desde el primer día de protestas, el gobierno encabezado por Daniel Ortega como presidente y su esposa Rosaura Murillo como vicepresidenta arrestó a unas 800 personas, acusadas sin pruebas de ir contra el gobierno y confinadas a la peores cárceles del país. Familiares de los detenidos y algunos excarcelados han denunciado en reiteradas ocasiones a los pocos medios opositores las prácticas Sandinistas, que incluyen persecución, abusos sexuales y psicológicos, amenazas de muerte a familiares, extracción de uñas, sometimiento a descargas eléctricas, quemaduras de las plantas de los pies y patadas en los testículos. Las torturas están siendo documentadas en un informe denominado Nicaragua Nunca+, elaborado por seis exiliados en Costa Rica. Al respecto, Gonzalo Carrión, uno de los exiliados antes mencionados, señaló: "Sin temor a equivocarme, la tortura ha sido utilizada fundamentalmente como método de castigo. Si estás en contra del comandante y la compañera, no reconocés el 'Buen Gobierno', entonces viene la paliza. El castigo lleva una carga de odio e implica que el autor está seguro de que tiene una garantía de impunidad". PUEDES VER Nicaragua: OEA plantea reformas electorales Yonarqui Martínez, abogada que asumió la defensa de los presos políticos, coincide con Carrión: "Dentro de la tortura física he logrado observar que le han quitado las uñas a los jóvenes. La han utilizado como un mecanismo de castigo por el hecho de pensar o de tener una inclinación ideológica diferente a la que el gobierno de turno tiene". En el caso de Lenin Rojas, la abogada relata que fue llevado el 12 de julio pasado a el Chipote, una cárcel con mazmorras medievales tan oscuras en las que 'no se podían ver ni las manos', donde se le arrancaron las uñas por no confesar. Diez meses después aun le cuesta contarlo. Por su parte, el presidente Daniel Ortega brindó algunas entrevistas el año pasado. Frente a cámaras negó la existencia de grupos paramilitares y que el gobierno recurra a estas, además aseguró que en Nicaragua no habían presos políticos sino criminales que no eran torturados. Incluso fue más allá al señalar que era víctima de un intento de golpe de Estado.