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Iván Ayon-Rivas, ganador de Operalia 2021: “Autoridades tendrían que apostar por la juventud peruana”

El peruano Iván Ayon-Rivas, ganador y acreedor de tres premios en el concurso internacional de canto lírico más famoso del mundo, cuenta los detalles de su último logro musical y lo que se viene para su carrera.

Iván se está preparando para su próxima ópera en el Teatro alla Scala de Milán. Foto: Instagram/@ivan.ayonrivas
Iván se está preparando para su próxima ópera en el Teatro alla Scala de Milán. Foto: Instagram/@ivan.ayonrivas

¡Dejó en alto el nombre del Perú! El tenor peruano Iván Ayon-Rivas, piurano de 28 años, resultó ganador del reciente concurso Operalia 2021, fundado y presidido por el ahora barítono, Plácido Domingo. El teatro Bolshói de Moscú fue testigo de los tres premios que le fueron otorgados al joven cantante el pasado domingo. “Él no sentía que iba a ganar, es tan humilde”, comenta con orgullo su mentora María Eloísa Aguirre.

La competencia que se desarrolló del 18 al 24 de octubre de 2021, reunió a artistas de entre 18 y 32 años de todo el mundo. Es ahí donde el tenor pudo obtener el galardón en la categoría de mejor Voz Masculina al interpretar un extracto de la ópera “Il corsaro” de Giuseppe Verdi. También ganó el premio a la Zarzuela y el reconocimiento Rolex de la audiencia.

“El éxito de Iván se debe a su estudio, perseverancia, sacrificio. Siempre fue muy destacado, tanto es así que antes ingresó con el primer puesto al conservatorio. Yo cuando me enteré, pensé que me iba a dar algo, era la emoción muy grande. Se hizo justicia, porque Iván cantó maravilloso.”, comenta su maestra María Eloísa Aguirre, una destacada soprano que estuvo formándolo desde los 18 años hasta que el joven tenor emprendió a Italia.

Los grandes éxitos de Iván vienen desde que ganó el Concurso Nacional de Canto de Radio Filarmonía en el 2013. Desde ese momento, la vida del cantante, en compañía de su familia y maestros, fue en ascenso. Tal es el caso que con su esfuerzo ganó en el 2015 el premio del gran Luciano Pavarotti en el concurso Premio Etta e Paolo Limiti. A partir de ese año, empezó a radicar en Italia, donde cautiva con su voz en recitales y óperas.

Entre ensayos y preparaciones con su maestro barítono y ejemplo a seguir, Roberto Servile, el tenor Iván Ayon-Rivas contestó una serie de preguntas para La República. Aquí los detalles del concurso que ganó y lo que se viene a partir de ahora para su carrera como cantante lírico.

Lo primero. ¡Gracias por enorgullecer a los peruanos! Has tenido días de mucha emoción, ¿no?

Sí, la satisfacción de poder hacer las cosas bien y compartir con mi familia y amigos. Ganar un concurso de tal calibre como Operalia te confirma que estás yendo por buen camino porque no es un punto de llegada, sino un punto de partida. Realmente lo que pasó por mi mente al recibir los premios fue una felicidad enorme, más al saber que valió la pena tanto esfuerzo cuando salí del país.

¿Cómo viviste la final? ¿Imaginaste que podías ganar?

Digamos que en la final estaba muy tranquilo a diferencia de la semifinal y las pre eliminatorias. Ya estaba convencido que estaba en mis manos hacer las cosas bien. No imaginé ganar el premio del público porque habiendo concursantes de Rusia, pensé que iba a ganar un compatriota, pero da mucha satisfacción que un público extranjero premie a un peruano.

¿Cuáles crees que han sido tus fortalezas para ser el ganador del concurso?

Mis fortalezas han sido tres: la concentración y la tranquilidad; la técnica y los años de estudios con mi maestro; el apoyo de mi familia, mis maestros, novia y toda la gente que me quiere.

¿Las áreas que elegiste para el concurso significan algo para ti?

Digamos que escogí las que mejor sé cantar, las que conocía más. No tengo nada personal con las otras áreas, pero “El corsario” me ha traído muchísima suerte en los concursos, porque los tres últimos que gané, fueron cantando “Il corsaro”.

Me imagino que hablaste con Plácido Domingo luego de ganar la competencia. ¿Qué fue lo que te dijo?

Con el maestro Plácido hemos hablado muchísimo, antes como después del concurso, es una persona espectacular que me ha dado muchos consejos. Como bien se sabe, la final la dirigió él y es espectacular cantar bajo la batuta de una leyenda viviente.

¿Cómo decidiste participar de este concurso?

El concurso Operalia lo sigo desde que comencé a estudiar. En el 2018 quise participar por primera vez, pero tuve un debut importante en ese periodo y no pude ir. En el 2019 tampoco pude por trabajo. En el 2020 se canceló. Son tres años que tanto el maestro Plácido como Álvaro Domingo se interesaron en mí para poder formar parte del concurso. Este año fue el mejor para encontrar una cierta estabilidad técnica y se ha reflejado con los premios.

¿Te ha costado mucho llegar hasta aquí? Cuéntanos esa experiencia

Digamos que ha costado mucho llegar hasta aquí porque he tenido que sacrificar etapas de juventud, fiestas y amigos, aunque sacrificar las fiestas no tienen tanta importancia. Sin embargo, sacrificar tiempo con los amigos, con la familia, la cultura de tu país, es la cosa más difícil de esta carrera. Ha sido un camino no tan largo, porque son seis años que vivo aquí, pero ha sido arduo.

¿Tienes algún ejemplo a seguir en el mundo del canto lírico?

Para mí, el ejemplo más claro en el mundo de la ópera es mi maestro. Sin él no hubiese llegado a donde estoy, gracias a él tuve la oportunidad de comenzar en este mundo y es el ejemplo más claro que tengo. Ha sido uno de los barítonos más importantes de su época y quien mejor que él para mostrarme cómo es este mundo.

¿Qué es lo que se viene en tu carrera musical?

Ahora estoy con ensayos en la Scala de Milán. Este 7 de diciembre es la apertura de la temporada de ópera en la Scala, tenemos que hacer la función de Macbeth de Verdi, son 9 funciones. Luego, tengo que ir a Palermo a hacer un debut en el teatro Massimo. Después voy a Bélgica, a Liege, para hacer Rigoletto y así sucesivamente.

Cuéntanos un poco de tu rutina de canto

Tengo una rutina con mi maestro, muy simple pero complicada. Estudiamos muchísimo la técnica y los ejercicios para relajar la garganta, ejercicios vocales. Estudiamos cada ópera, cada área, con la debida técnica, con la debida relajación, dicción. Son cosas muy difíciles e importantes, pero al final cuenta cuando uno hace este trabajo profesionalmente.

¿Piensas regresar al país pronto y quizás dar un recital o participar en una ópera?

Por ahora no pienso ir al Perú, aunque quizás por una semana. No pienso hacer ningún recital o una ópera, todo sería especialmente para ver a mi familia y a mis amigos.

¿A quién dedicas este triunfo que alegra a todo el país?

Este triunfo se lo dedico a mi abuelita Rosita, mi tío Víctor Amaya, mi tío Vicente Espinoza y mi primo Ismael, quienes me cuidan desde arriba y para ellos va siempre mi canto. Tengo que dedicar esto también a mi otro ángel, Dempsey Rivera, que sin su ejemplo y sin él, no me hubiese animado a estudiar canto desde un inicio. Se lo dedico a mi maestro Roberto Servile y a mi maestra María Eloísa Aguirre, a sus familias, a mi familia y a mi novia.

Por último, ¿qué le dirías a los jóvenes talentos de la música clásica en el Perú?

Yo a los jóvenes no tengo que decirles nada porque la valentía de estudiar música en un país como el Perú es mucha. A quien tendría que decirles algo es a las autoridades y a los padres que pueden truncar el sueño de sus hijos por muchas ideas equivocadas que hay en el país como decir que de la música uno se muere de hambre. No es cierto, la música bien hecha, cualquier ritmo, cualquier estilo, aparte de dar de comer, es un alimento para el alma. Las autoridades tendrían que apostar por la juventud peruana y no solo criticar sus pensamientos o las ideas. Esto no va por una cuestión política, de religión o etnia, el apoyo a los jóvenes debe ser mutuo y se debe apostar por ellos al 100%.