Lady Di: las veces en las que desafió el protocolo de la corona británica
La princesa Diana es uno de los personajes más queridos en el mundo, no solo por sus acciones, sino por su forma de ser. Aquí te mostramos las ocasiones en las que seguir lo que decía la monarquía no era para ella.
La vida y obra de la princesa Diana ha sido seguida por miles de personas alrededor del mundo. Su muerte, ocurrida el 31 de agosto de 1997 en un accidente automovilístico fue, además de noticia mundial, un hecho que marcó la vida de cercanos a la también conocida como Lady Di y desconocidos.
Cabe resaltar que su manera de ser no coincidía con los protocolos impuestos dentro de la corona británica, con la reina Isabel II a la cabeza. Es por ello que, a continuación, conoceremos más de aquellas situaciones en las que retó a la monarquía.
Recordemos que, cuando se casó con el príncipe Carlos, ella pasó a llamarse Diana de Gales, por lo que tuvo que aprender el protocolo real.
Princesa Diana y Carlos el día de su boda. Foto: difusión
Sin embargo, desde el compromiso, ella decidió que los detalles de la boda sean como ella deseaba. Para empezar, eligió su anillo de compromiso. Este fue sacado de un catálogo, a pesar de que la realeza les pide a las novias tener uno personalizado. La pieza de la joyería Garrard ahora la porta Kate Middleton.
Asimismo, Diana decidió expresarle su amor a Carlos mediante la escritura de sus votos matrimoniales. No quiso que le entreguen aquellos que estaban dictaminados por la monarquía. Inclusive, asombró a los medios que cubrían su boda, debido a que no juró obediencia a su futuro esposo.
Cuando estaba embarazada no dudó en mostrarlo. Antes de ella, las mujeres de la realeza no acostumbraban a enseñar su embarazo en público. Es más, daban a luz en el mismo palacio, pero Lady Di deseó acudir a un hospital, el St. Mary, en Londres, para ver nacer a William y Harry.
Príncipes Diana y Carlos con Harry y William. Foto: difusión
Ya en su rol de madre, a diferencia de sus antecesoras y sucesoras que poseen una agenda llena de actividades en solitario, ella pasaba todo el tiempo que podía con sus hijos, llevándolos hasta en sus giras internacionales.
Fue en este día a día con sus primogénitos que no dejaba de abrazarlos o besarlos, a pesar de que el protocolo prohíbe las muestras de afecto de los miembros de la realeza en público.
Princesa Diana, Harry y William. Foto: difusión
Además, no quiso que los pequeños sean educados en el palacio o en escuelas privadas donde solo va la élite inglesa. Diana mandó a sus hijos a la escuela pública, para que aprendieran y crecieran como los demás.
En cuanto a la moda real marcó un hito, debido a que el modo de vestir de las mujeres es muy estricto. Les prohíben escotes pronunciados, tacones altos o faldas cortas. Diana rompió con ese protocolo en más de una ocasión. Un momento icónico fue cuando usó un vestido negro el día del documental de la infidelidad de su esposo Carlos.
Princesa Diana. Foto: difusión
A la princesa tampoco le gustaba usar sombrero, porque le parecía incómodo y le estorbaba, aunque la corona británica pedía usarlos en el día y llevar la tiara en la noche. También omitía los guantes en más de una ocasión a pesar de ser un requisito. Prefería el contacto con las personas que saludaba o hablaba. Asimismo le gustaba cruzar las piernas. Le hacía sentir cómoda, a comparación de las rodillas juntas y las piernas rectas como lo indicaba el protocolo.