Espectáculos

Osvaldo Cattone: “Soy un caso atípico”

Entrevista. El director, actor y productor teatral descarta la televisión y nos adelanta parte del guion de El rey se muere, obra en la que dará vida a un corrupto. “Reconocerán a muchas figuras públicas”, dijo.

Osvaldo Cattone
Osvaldo Cattone

Por: Estefany Barrientos F.

El Teatro Marsano ya luce el póster de Osvaldo Cattone como protagonista de El rey se muere, la adaptación que ha hecho Edgar Saba de la obra de Eugène Ionesco. “Me voy a presentar al primer ensayo (en febrero) con la letra sabida”, nos dijo durante su reunión con la prensa para anunciar Buenos vecinos, la primera obra que dirige este año. Cattone está próximo a cumplir 87 años y podría tener una videoteca con las producciones, aunque prefiere no verlas. “Aburre verse a sí mismo. Además, me miro y no me gusto. Es como una foto, que tú te ves y dices: ‘Ya no me gusta, no he salido tan bien”.

¿Qué veremos en su versión de Buenos vecinos? Es una comedia, pero marca las diferencias sociales.

Es como un abismo que es muy difícil de llenar con palabras. Una cosa es la cultura de verdad y otra cosa es soportar a otra persona que tiene otra educación. El personaje de Pietro Sibille solo piensa en el fútbol y en el sexo. Entonces, cuando la señora le dice: “¿Qué película francesa has visto?”, él dice: “¿Qué? Yo veo Avengers”.

¿Les resulta ofensivo?

Se sienten como confundidos. Hay un momento en que se pelean: “A ustedes les gustan las películas polacas que son más lentas que una oruga”. Y es verdad, uno ve películas europeas, de otro nivel, y las soportas. Pero yo veo que mis empleadas, amorosas, que hace años que están conmigo –tengo un servicio de 45 años, se han jubilado en casa–, me doy cuenta de que ven telenovelas, que no salen de ‘Al fondo hay sitio’. Las invito al teatro gratis y no vienen, se aburren.

¿A qué conclusión ha llegado?

Creo que es un problema cultural. Ellos han ‘mamado’ desde chicos eso. Si a mí mismo me dicen: “Señor, ¿por qué no trabaja usted en Quinceañera?”, porque ven que Michelle Alexander me llama.

¿Lo invitaron recientemente?

Claro, pero no. Yo soy un caso bastante atípico en Lima, que solamente con el teatro me he hecho un pequeño nombre, la gente sabe quién soy sin necesidad de tener que pasar por cosas que no me gustan.

Cattone protagoniza 'El rey se muere'

Cattone protagoniza 'El rey se muere'

¿No le gustó el ritmo o los contenidos?

Ahora te diría que es por el ritmo agotador, a mí me gusta levantarme al mediodía. Pero tampoco me gusta lo que me proponen.

Protagoniza El rey se muere. ¿Qué lo convence?

Que es una obra política, pero es humana. Ese eslogan que tiene está pasando con el Congreso, se presentan de nuevo los que ya deberían huir.

El eslogan, en esta coyuntura, podría resultar un mal chiste...

Sí, creo que los héroes –San Martín, Grau, Bolognesi– se acabaron. El amor a la patria se acabó. Ahora es el amor a la moneda, al poder. Mira el caos que se ha producido en Argentina porque eligieron a una mujer que todo el mundo sabe que es la corrupción personificada. ¿Por qué los reeligen? Porque les gusta el pan y circo. Hay una corrupción establecida y aceptada; el pueblo también es corrupto.

¿Y por qué cree que será importante hacer El rey se muere?

Porque me parece una denuncia. Creo que después del suicidio de Alan García, ver este tipo que es un mitómano, un personaje completamente mentiroso, corrupto, manipulador y todo lo que fuera la figura de tantos políticos que hemos tenido, es una denuncia. Creo que la gente va a reconocer en mi personaje a muchas figuras públicas.

También es una metáfora sobre la muerte ¿no?

Sí. El tipo antes de morir le dice al público: “Esto que ustedes vieron esta noche no es verdad, la fiesta se termina, los actores somos fantasmas, espíritus que se desvanecen en el aire. La vida es nada más que una pausa breve entre dos noches. Estamos hechos de la misma materia de los sueños y lo único que me preocupa es saber si una vez que esté dormido para siempre, se puede seguir soñando”. ¡Qué profundidad! Yo estoy muy entusiasmado y ojalá la naturaleza –no digo “Dios mío” porque no soy religioso– me permita llegar con salud.