Artista ayacuchana Yadira Castillo asegura que la pintura la ha salvado de la depresión y ansiedad: “Es una escapatoria”
Yadira Castillo, en un proceso que duró solo dos días, fusionó tradiciones locales y desafíos personales, mostrando su talento en un mural emblemático cerca del arco de Carmen Alto.

La Semana Santa terminó en Ayacucho, pero los beneficios económicos y las expresiones artísticas siguen contribuyendo al desarrollo de la región. Un ejemplo de esto es el mural realizado por la artista ayacuchana Yadira Carrillo, en colaboración con otros seis artistas. En solo dos días, la joven logró capturar la esencia de la mujer huamanguina: orgullosa de sus tradiciones y festividades.
En una entrevista con La República, Yadira Carrillo compartió detalles sobre el proceso creativo del mural, que se encuentra a solo media cuadra del arco de Carmen Alto y a unos diez minutos en auto desde la Plaza de Armas. Además, la artista reveló los grandes desafíos que ha enfrentado en su camino como artesana, no solo por ser mujer, sino también debido a sus luchas personales contra la depresión y la ansiedad.
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El proceso creativo de Yadira Carrillo
Durante la Semana Santa, Carrillo impresionó a los transeúntes con un mural impresionante de 15 metros de ancho y casi 5 metros de alto, que fusiona la esencia del Carnaval huamanguino con la identidad de la mujer ayacuchana. La frase "Celebrar está en nuestro origen" acompaña a la protagonista del mural, quien luce una blusa con encajes, una enagua también con encajes, una lliclla (manta) colorida. En el fondo se logra apreciar bellas flores con los colores del retablo y algunas iglesias emblemáticas de la región.
Yadira, bachiller en Artes plásticas y visuales, es consciente de la imprevisibilidad de la lluvia, por lo que debe redoblar esfuerzos para que sus obras no se vean afectadas. Para su más reciente mural, se encargó de lijar bien la pared, acondicionarla, aplicar una base sólida y usar pinturas especiales. "De todas maneras, se conservará por dos o tres años", comentó.

Para este mural, Carrillo se encargó de lijar bien la pared, acondicionarla, aplicar una base sólida y usar pinturas especiales. Foto: Sandy Carrión Cruz/La República
El don hecho una profesión
Carrillo no es una artista improvisada. Descubrió su talento a los 8 años, se perfeccionó con los retratos que realizaba a sus profesores en la escuela. Con el tiempo, consideró que lo mejor sería estudiar Arquitectura, su otra gran pasión, pero no pudo hacerlo. Fue entonces cuando decidió transformar su talento en una profesión y se formó en Bellas Artes de Ayacucho. Ya ha creado numerosos murales y su mayor sueño es plasmar su arte en los alrededores de la Plaza Mayor de Huamanga. "Me encantaría hacer un proyecto grande donde podamos representar las danzas, la cultura y embellecer el centro de mi ciudad", expresó.
La joven asegura que para realizar un mural de esa envergadura se necesita casi 10.000 soles, por lo que se siente agradecida con Cusqueña por su compromiso con la promoción de la cultura peruana. “Los clientes siempre me han dado libertad para expresar lo que quiero, como este caso. He juntado los colores de los retablos y los colores del carnaval”, sostuvo.
Aunque es consciente de que Lima hay mayores oportunidades, Carrillo asegura que no cambiaría por nada a Ayacucho. “Me gusta mucho mi ciudad porque es una zona tranquila, tradicional y tiene mucha cultura. Es algo que no lo encuentras en otros departamentos. Prefiero quedarme en mi Huamanga que migrar”, enfatizó.
El lado más vulnerable de Yadira Carrillo
A pesar de su amor por Ayacucho, Yadira se preocupa cuando llueve demasiado, teme que sus pinturas se estropeen. “Como mujer, soy bien sentimental y a veces digo ‘ya no quiero pintar’. He estado varios meses sin pintar, como 5 o 6 meses. Pero de todas formas siempre lo retomo porque es más el amor por la pintura. Para mí, el arte es una escapatoria en esta era, en donde todo es ansiedad y depresión”, confiesa.
Asimismo, la artista de 27 años indica que no puede vivir de la pintura en Ayacucho. “A veces lo dejo por temas de trabajo. No dependo solo del arte, siempre tengo que hacer más cosas. Por ejemplo, trabajo para una institución en la parte de diseño gráfico, certificados y demás. A veces agarro algunos proyectos y ahí me enfoco”, dice en referencia al mural que le encargó Cusqueña. “Como artista plástico, no se puede vivir, pero como artesano, sí”, añade.
Finalmente, Carrillo indica que ser del género femenino le ha complicado. “Ser mujer me limita bastante, pero siempre trato de sacarlo adelante. A veces, por el hecho de ser mujer, te discriminan. Algunos dicen: ‘ay, esta niña qué va a hacer acá’. Al final les demuestras con tu trabajo que no es así”, concluye emocionada y orgullosa por su talento.





















