Polémica. Genera dependencia económica y tecnológica, afirma ministro Brack. En tanto, el ministro Rafael Quevedo sigue por el ingreso de los cultivos “trans” y salió en defensa de sus asesores que impulsaron la norma. Magda Quispe. El debate sobre los pro y contra del ingreso de semillas transgénicas al país continúa sacando chispas entre dos importantes sectores como es el Ministerio del Ambiente y el de Agricultura. Ayer en la sesión de la Comisión Agraria del Congreso , el ministro del Ambiente, Antonio Brack , señaló que establecer una moratoria absoluta al ingreso de transgénicos por 15 años sería riesgoso ya que significaría que no se pueda importar ningún Organismo Genéticamente Modificado (OGM). Según el Minag, el Perú importa maíz, trigo, soya, entre otros alimentos transgénicos. “Si se quiere dar una moratoria sería absolutamente arriesgado decir que no vamos a importar ningún OGM y todas las pollerías, chancherías tendrían que cerrar. El tema hay que examinarlo objetivamente”, manifestó Brack. Indicó que se debería tener en cuenta que los OGM son propiedad de empresas por lo que no es una tecnología fácilmente adaptable para los campesinos. “Las semillas no son de libre disponibilidad, eso solo no favorece a los pequeños agricultores sino que les puede ocasionar dependencia económica y tecnológica, quienes la mayor parte de ellos no está en capacidad de afrontar”, sostuvo. Brack consideró necesario que se cumpla con el etiquetado de los alimentos transgénicos , dispuesto por el Código del Consumidor , para que los peruanos puedan elegir lo que compran y consumen. Por su parte, el ministro de Agricultura, Rafael Quevedo , reiteró que el Perú cuenta con capacidad humana, tecnológica e infraestructura para garantizar la biotecnología. “La moratoria podría tener como consecuencia la aplicación de represalias comerciales. Además, afectar a un millón de puestos de empleos directos e indirectos”, reiteró.