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Economía

Transgénicos en Perú: entre la biodiversidad y ampliar la frontera agrícola

Despensa del mundo. El Midagri propondrá ante el congreso una ventana en la moratoria al 2035 para cultivar localmente oVm, pero con una norma que ha recibido cuestionamientos por parte de la comunidad científica que está a favor o en contra de estas tecnologías.

Agro. Biodiversidad es clave para la oferta peruana. Foto: Archivo LR / Renato Pajuelo
Agro. Biodiversidad es clave para la oferta peruana. Foto: Archivo LR / Renato Pajuelo

La industria transgénica en el mundo mueve millones. Se calcula que el mercado de estas semillas genéticamente modificadas (GM) crezca en US$12.800 millones, a una tasa compuesta anual del 7,08%, entre 2023 y 2028, según datos de Technavio. Esto, luego de alcanzar, preliminarmente, los US$23.600 millones solo este año, de acuerdo al último Informe del mercado global de cultivos genéticamente modificados 2024.

Pese a las restricciones en la mayoría de países, existen hoy hasta 525 GM ampliamente extendidos, con el maíz, canola, soja, trigo y algodón a la cabeza, sobre todo en países ampliamente adaptados para la industria, como EEUU, Canadá, Brasil, Argentina e India. Pero también se cultivan en países de la región como, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Colombia.

Además, se estima que la superficie mundial en 2023 aumentó casi 2% hasta 206,26 millones de hectáreas, la más alta jamás sembrada, según datos actualizados de ISAAA (International Service for the Acquisition of Agribiotech Applications, según sus siglas en inglés). En nuestro país, usted ya consume transgénicos. El pollo que sirve en su mesa es alimentado con maíz amarillo y soya GM, por lo general, argentinos. El aceite y la lecitina de soya que se usa en los chocolates vienen también de la soya transgénica.

Recientemente, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) ha anunciado su intención de establecer una “salvedad” a la moratoria que, en el Perú, rige para los GM hasta 2035, a fin de promover un cultivo orientado hacia pequeños agricultores, pero que podría abrir el mercado también a los grandes. Se comenzaría con el trigo y el algodón. Básicamente, Midagri ha incluido en el pedido de facultades legislativas al Congreso una propuesta para cambiar el artículo 3 de Ley n° 29811 (la primera moratoria de 2011, del gobierno de Humala) para excluir de sus alcances a la producción de organismos vivos modificados (OVM) “destinados únicamente a la alimentación animal de las especies no originarias”, y mayor flexibilidad para su cultivo experimental a campo abierto.

“Se ha elegido el camino más largo”, dice Luis De Stefano Beltrán, PhD. El docente de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) sostiene que, con la modificatoria de Midagri, solo se está promoviendo pasar de estudios en campo confinado a campo abierto, periodo que podría tomar unos cuatro años, para luego recién -y en caso no cambien, nuevamente, las políticas del Gobierno peruano autorizar la importación de semillas con fines comerciales, tras lo cual se tendrían que realizar otra serie de pruebas. En total, unos ocho o nueve años.

Moratoria al 2035

Para el investigador, el camino era derogar la actual moratoria y recuperar el “Reglamento Interno Sectorial de Bioseguridad para actividades Agropecuarias y Forestales”,aprobado por el exministro de Ambiente Antonio Brack, mediante DS 003-2011 en el gobierno de Alan García, y que luego la primera moratoria de diez años de la Ley n° 29811 anu- ló. Posteriormente, en 2021, se amplió hasta 2035.

Aquel dispositivo establecía las reglas que debía seguir cualquier importador de semillas GM para su posterior introducción a los campos peruanos, y “que tampoco era de un día para el otro”, pues, si ese reglamento se pusiera en efecto hoy, “no tendríamos venta de semillas para maiceros o algodoneros en unos cuatro años”. Incluso se podrían estable- cer mecanismos para alentar la importación de semillas y, además, producirlas localmente en laboratorios certificados. También se podrían diseñar las nuevas secuencias en INIA, pero De Stefano reconoce que “se tendría que empezar de cero”.

El especialista afirma que existe un potencial extraordinario en el Perú. Por ejemplo, ejemplifica con la combinación de genes de papas nativas con otras especies más resistentes a la rancha, una plaga que arrasa los cultivos de los pequeños agricultores que no tienen presupuesto para pesticidas. Explica, igualmente, que existe un consenso científico en torno a la inocuidad de los GM, y aclara que no se trata de “tomates asesinos” ni “plantas carnívoras”.

“La moratoria está mal, es pésima. El criterio que se ha usado no fue técnico, sino político. Pasa que a las ONG ambientalistas y diversas fuerzas políticas no les da la gana de introducir este tipo de industrias y, sin embargo, otros países, como China, Cuba y Uruguay los están permitiendo”, confiere.

 moratoria. Ingresarían variedades no originarias de soya, canola, caña y alfalfa, entre otros. Foto: difusión

moratoria. Ingresarían variedades no originarias de soya, canola, caña y alfalfa, entre otros. Foto: difusión

Los tomates asesinos

Midagri espera que el ingreso de transgénicos contribuya ha ampliar la frontera agrícola (11,6 millones de hectáreas en 2023) y reactive el sector desde abajo. Sin embargo, y salvando el componente político, el cultivo local de GM debe todavía superar la posible censura que afrontaría un país que se presenta al mundo como biodiverso.

La asesora científica de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), Flora Luna Gonzales, sostiene que el cultivo de GM ha concentrado los mayores rendimientos del agro en pocas manos y sobre territorios indígenas que antes no eran “explotados”, lejos de la promesa de reducir el uso de plaguicidas y traer prosperidad para el grueso de agricultores.

Refiere, además, que los países desarrollados en Europa y otras regiones “están preocupados, pues se ha perdido el 75% de su biodiversidad, y hay casi un millón de especies en peligro”. Justamente, existen normas para cuidar los genomas origi- nales, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, y el Protocolo de Nagoya, de acceso de recursos genéticos y reparto justo y equitativo de beneficios.

Sin embargo, acusa que los países desarrollados, donde se estudian estas nuevas tecnologías, “modifican y se apropian del gen sin respetar los territorios”, para luego “contaminar la estructura del ADN en otros cultivos antes instalados”.

“Estas grandes empresas hacen revolving doors (puertas giratorias) y ponen en los lugares clave a gente de ellos, que creen en sus nuevas tecnologías. Demoró casi tres años el nuevo reglamento y, como ya salió, quieren bloquear la norma y que nos ingresen los GM”, sentencia.

Perú: tierra fértil para la industria transgénica

La Convención del Agro Peruano (Conveagro) y el Consorcio Agroecológico Peruano enviaron una carta al Congreso solicitando que no se cambie la Ley de Moratoria a los Transgénicos.

Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), sostuvo para La República que la ventana impulsada por Midagri no fue “propuesta ni consultada” con el gremio, y que todavía “deben adoptar una posición al respecto”.

Midagri estima que la no utilización de OVM causa “serios perjuicios a la productividad agraria nacional y los productores agrarios”. En 2017, la rentabilidad perdida por no usar semillas de algodón, maíz y papa, ascendería a S/3.129 millones, unos US$956,88 millones, según el PL 7752.

En 2016, Bayer compró Monsanto por US$66.000 millones y es hoy la compañía más grande de agroquímicos y semillas del mundo.

Artic Apples y Pink pineapple. En el mundo, ya se vende manzana, piña, zapallo italiano, squash, tomates transgénicos, entre otros.

Existen otras paradojas, como la peruana, en la región. En Chile está permitido el cultivo, pero solo para la exportación, pues no se pueden usar las semillas en la agricultura interna.

No existen estudios concluyentes sobre posibles desórdenes físicos o psicológicos que pueda generar el consumo de transgénicos entre los humanos.

Reacciones

Flora Luna Gonzales, asesora científica de ASPEC

“Muchos países que no querían ya transgénicos han tenido, por ley, que seguir recibiéndolos. Sabemos de cultivos contaminados de maíz amarillo y soya en Piura, las autoridades no actúan al respecto”.

Luis De Stefano Beltrán, investigador de la UPCH

“Aquí ha existido un lobby de dos grupos fuertes: exportadores de cultivos orgánicos y dueños de restaurantes de alta gama, en alianza con grupos políticos. Esta moratoria es una vergüenza al mundo”.

Datos

Para hacerse una idea, en 2023 Perú exportó US$10.545 millones FOB en productos agropecuarios, de los cuales los productos no tradicionales (arándano, palta, uvas, etc) abarcaron el 90,8%, con US$9.574 millones.

Solo en maíz, Midagri calcula espacio en el Perú para 200.000 hectáreas. “Estamos hablando de US$1.000 millones. En algodón, el potencial es desarrollar 100.000 hectáreas de algodón, y otros US$1.000 millones”, dijo el ministro Ángel Manero.

No existe café transgénico. Sin embargo, se han realizado intentos de desarrollar protocolos de transformación en varios laboratorios del mundo, incluyendo en el Perú, hasta el momento, sin éxito.Agro. Biodiversidad es clave para la oferta peruana.

Existen casos documentados de los efectos de los OVM en países como India, Paraguay, Brasil y Argentina. Toda propuesta respecto a seres vivos como las semillas y su material genético que pone en riesgo la soberanía alimentaria debe tener base científica. No una base comercial.

La moción llega a ser cuestionable si la misma empresa que produce y promueve las semillas transgénicas aconseja al oído a los tomadores de decisiones gubernamentales en materia internacional y nacional sobre su efectividad. Antes de tomar una decisión de tamaña trascendencia para la soberanía alimentaria, se deben evaluar tres aspectos: materia agrícola, salud y efectos en el medio ambiente. Basta que exista riesgo en tan solo una de las tres premisas mencionadas para que suponga una amenaza. Si no existe un estudio sólido que respalde la no existencia de riesgo alguno en estos tres aspectos, lo más razonable es el principio precautorio.

Aplicar el principio precautorio

Enfoque. Angie Higuchi, profesora e investigadora de la Universidad del Pacífico

Existen casos documentados de los efectos de los OVM en países como India, Paraguay, Brasil y Argentina. Toda propuesta respecto a seres vivos como las semillas y su material genético que pone en riesgo la soberanía alimentaria debe tener base científica. No una base comercial.

La moción llega a ser cuestionable si la misma empresa que produce y promueve las semillas transgénicas aconseja al oído a los tomadores de decisiones gubernamentales en materia internacional y nacional sobre su efectividad. Antes de tomar una decisión de tamaña trascendencia para la soberanía alimentaria, se deben evaluar tres aspectos: materia agrícola, salud y efectos en el medio ambiente. Basta que exista riesgo en tan solo una de las tres premisas mencionadas para que suponga una amenaza. Si no existe un estudio sólido que respalde la no existencia de riesgo alguno en estos tres aspectos, lo más razonable es el principio precautorio.

El mercado de semillas promueve la capacidad de los pueblos de generar su propio alimento. Esta no puede vulnerarse. La legislación de bioseguridad del país debe proteger a las semillas propias del país como reservas culturales y oriundas del Perú. La promoción de consorcios de investigación entre países de cultivos de origen es más que necesario. El Ejecutivo debe tener como aliado a investigadores que puedan mostrarles los riesgos que, a partir de una decisión mal tomada, puede causar no solo en la economía, sino también en lo social, como en la salud, agricultura y medio ambiente.

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