Inseguridad alimentaria: hasta 4 de cada 10 peruanos están mal alimentados
Insuficiencia. Repunte de la pobreza, alta inflación, crisis agrícola y bajo crecimiento económico amenazan con prolongar la inseguridad alimentaria.
Hasta marzo de este año, el déficit calórico —que mide la cantidad de calorías consumidas por un hogar— en Perú llegó a 35,4%, mientras que en Lima metropolitana ascendió a 40,7%, según los datos del último informe de Evolución de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Así, desde una aproximación a la pobreza alimentaria, hasta 4 de cada 10 peruanos no estarían accediendo a los alimentos requeridos para una buena nutrición, según Silvana Vargas, docente de la PUCP y extitular del Midis.
Esto se da en un contexto en el que los valores de déficit calórico vienen presentando un alza desde 2019, siendo Lima y el Callao donde se registra la mayor tasa.
“Estamos ante una tendencia de crecimiento del déficit calórico, de la inseguridad alimentaria de manera más general, y de un deterioro de la dieta. No es solo un problema de aporte calórico, sino de malnutrición”, señaló para La República Javier Herrera, investigador del IRD.
Especialistas indican que peligro alimenticio se debe a la subida de la inflación en mayo pasado. Foto: difusión
Inflación, la gran culpable
Entre los principales motivos, los especialistas apuntan a la elevada inflación, que para mayo se ubicó en 7,89%, y la subida de varios productos básicos para los hogares.
Para Herrera, los altos niveles inflacionarios han significado una recomposición de la canasta alimentaria: disminuyeron los aportes de aquellos productos ricos en proteínas animales y se ha visto un incremento en carbohidratos que no han llegado a compensar la caída en las cantidades consumidas.
A ello se suma que la pobreza para el cierre del 2022 subió de 25,9% a 27,5% de la población, y el sector agropecuario retrocedió 14,21% para abril (ver gráfico).
En esa línea, Vargas indicó que a estos factores se agregan otras dimensiones que ocasionan que la ingesta calórica no sea satisfecha, como “la naturaleza de los procesos de producción de alimentos, la crisis en el sector agrario, donde confluyen los temas de la ausencia de fertilizantes y el cambio climático, y la falta de gobernanza”.
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Por otro lado, también está la reducida proyección de crecimiento de la economía peruana para este año. El MEF la bajó a 2,5%, mientras que el BCRP y el Banco Mundial la ubican en 2,2%, y la OCDE la ha reducido hasta los 1,7%. A eso se agregan los factores internos, como los problemas climáticos del fenómeno El Niño.
“Este impacto, que repercute en la inseguridad alimentaria, va a jugar contra la pequeña agricultura y pequeños productores, también en los productos de primera necesidad”, precisó Herrera. Asimismo, reiteró que especialmente en Lima la situación alimentaria podría agravarse aún más.
Pobreza no se reduciría en los próximos años
El flaco avance de la economía peruana ocasionaría que la pobreza repunte para el 2023 y 2024, de acuerdo con BBVA Research, lo que se traduciría en una baja tasa de empleo y de ingresos para el hogar. Vale recordar que esperan que el PBI crezca apenas 1,6% para el corriente.
En términos de pobreza monetaria, para el corriente y el año venidero, esta alcanzaría picos de 28,6% y 28,9%, respectivamente: alrededor de 9,5 millones de compatriotas continuarían con una mala calidad de vida.
Ya desde el Consejo Privado de Competitividad advirtieron que, si el Perú mantiene un ritmo anual del 2% en el PBI, tardaría 28 años en reducir la pobreza al 20%, umbral antes del coronavirus.
Infografía - La República
