Malú Costa: “Mi caso fue una cortina de humo”
La actriz sorprendió con su regreso a la actuación en El caso Monroy, al lado de Damián Alcázar.
Tras años alejada del ojo público, Malú Costa regresó a la actuación y lo hizo en la pantalla grande como la ‘Llamadora’, en la cinta El caso Monroy, de Josué Méndez, que se encuentra en cartelera. “Soy la que, a cambio de una propina, cuando llegas a un penal se encarga de atender a las visitas y buscar a sus familiares o amigos. La que grita el apellido y les avisa que los buscan”, cuenta sobre el personaje, que, sin duda, le evocó a las dos temporadas que pasó en el Establecimiento Penitenciario Anexo Mujeres de Chorrillos, con una sentencia por delito de tráfico de drogas.
El caso Monroy nos presenta al reconocido Damián Alcázar, como un trabajador de la Embajada de Argentina, que ante su inminente jubilación encontrará un propósito en una cárcel peruana.
-¿Qué reviviste durante el rodaje?
-Uf, el personaje tocó fibras. Cuando vi el trabajo completo fue una montaña rusa de emociones. Recordar no solo lo que yo viví en carne propia, también la situación de las internas extranjeras que tienen un drama aparte. Además, estar al lado de un grande como Damián Alcázar, aunque yo disimulé muy bien porque no quería que se me viera tan fan (ríe). Fueron muchas emociones donde también fui feliz, porque actuando me sentí como pez en el agua, porque me fascina la cámara y porque el mundo de la actuación me llenó siempre de vida, emoción y felicidad.
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-Faceta que dejaste, como tú misma has dicho, en tu mejor momento.
-Sí, pero eso fue por el famoso y mal usado ‘criterio de conciencia’ que es cuando te sentencian solo por una percepción, como su nombre lo dice, por propio criterio, sin tener pruebas. Y ese fue mi caso y no solo el mío; por lo que sé hay muchos. Acá, como se hace en países como Estados Unidos, se debe sentenciar con pruebas, pero bueno, hay muchos vacíos y corrupción. Eso es lo más triste de mi país, siendo un lugar tan lindo, tenemos el cáncer de la corrupción. No en todos los casos, claro.
‘La llamadora’. Malú Costa junto al mexicano Damián Alcázar y la argentina María Zubiri en escena del filme. Foto: difusión
-¿Nunca te mostraron pruebas fehacientes, acaso?
-Mi defensa derribó todas las pruebas que ellos argumentaban. Yo me sentía tranquila porque no había delinquido. Le dije a la vocal: “Muéstrame una sola prueba donde estaba comercializando, vendiendo o enviando algo”. Nunca lo hicieron. A mí solo me encontraron en un lugar con el chico (Juan José Gazzo Orbegoso), pero yo no le falté a la ley. No tenía por qué delinquir. Era sola, sin carga familiar, hacía comerciales y estaba en la serie ‘Mil oficios’, que era el boom. Me liberaron para que lleve el proceso de investigación, pero luego me detuvieron porque terca, enamorada, estúpidamente, no sé, fui a visitarlo. Salió en la televisión y ahí me encierran. Recibí una sentencia de ocho años, que con buen comportamiento y trabajo en talleres reduje a 32 meses.
-¿Cuánto perdiste con este episodio en tu vida?
-Mucho, fue duro. Para mí, el que me involucren fue una cortina de humo para tapar las cochinadas que estaban pasando en ese momento.
-¿Y decidiste el retiro o dejaron de llamarte?
-El trabajo empezó a disminuir, me casé, me divorcié, tuve a mi hija (hoy de 12 años), una faceta donde no hay manual, en el camino aprendes. Y ahora, no es que la televisión no me llame la atención, pero ya no tengo tiempo, entre llevar y recoger a mi hija del colegio, la casa, me queda muy poco. Eso sí, me gustaría trabajar en mis redes sociales. Veremos qué pasa.