¿“Hasta que nos volvamos a encontrar” es mediocre? Lo bueno y lo malo de la película
A pesar de tener el sello de Tondero, “Hasta que nos volvamos a encontrar” es una película diferente a lo que ya hemos visto, aunque con errores de siempre.
Luego de que “Hasta que nos volvamos a encontrar”, dirigida por Bruno Ascenzo, lanzara su primer tráiler, las críticas eran de esperarse, especialmente después de ver cómo se convirtió en objeto de memes en redes sociales. Si bien se supone que el clip lanzado fue solo un adelanto, la verdad es que el corte final solo fueron tomas adicionales, ya que la trama completa fue spoileada.
En principio, la historia de esta primera producción peruana en exclusiva para Netflix nos aproxima a Salvador (Maxi Iglesias), un arquitecto español que ha llegado a nuestro país para iniciar con los planes de construcción de uno de los hoteles más ambiciosos de Latinoamérica, que será realizado en el Cusco.
Es así como, a su arribo a la ciudadela inca y tras un infortunio con la puerta de su Airbnb, ingresa al hotel de Lichi (Wendy Ramos), donde conoce a Ariana, sobrina de la dueña del lugar y con quien inicia una aventura de idas y vueltas desde el primer momento que se vieron.
A favor
“Hasta que nos volvamos a encontrar”, a pesar de ser una cinta de Tondero, es un largometraje diferente a anteriores propuestas de la productora.
Se agradece que los protagonistas no sean los mismos actores de siempre y que las groserías no suenen al final de cada frase. De hecho, este último es uno de los puntos que uno nota casi como un alivio permanente.
Por alguna razón, las películas peruanas de comedia, y especialmente las que tiene el sello del mencionado estudio, tienden a incluir palabras de este tipo tantas veces que parecen muletillas, como si eso le agregará el ‘punchline’ que dizque causará gracia en el espectador. ¡Falso! Es penoso, incómodo y hasta sobreactuado incluirlas sin excusa.
Tondero celebra éxito de "Hasta que nos volvamos a encontrar. Foto: Instagram/@tondero
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Por otro lado, “Hasta que nos volvamos a encontrar”, sin duda, goza de un aspecto enriquecedor y que es uno de los más resaltantes: su fotografía.
Claramente, los chistes o situaciones cómicas no son el fuerte de este filme de Netflix, pero hay chispas de ‘genialidad’ que tienen nombre propio: Wendy Ramos. La presencia de la actriz aporta luces donde la historia se eclipsa por sí sola, lo cual sucede muy seguido.
Wendy Ramos forma parte del elenco de "Hasta que nos volvamos a encontrar". Foto: composición/Netflix/@danielatalavera
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Problemas y más problemas
Si bien la fotografía de “Hasta que nos volvamos a encontrar” es su mayor punto positivo (y casi lo único bueno), este también es su talón de Aquiles. Sí, parece un comercial turístico de casi dos horas de duración. Además, da la sensación de que está construida para un target que no es el local.
En ese sentido, tomas panorámicas, el hecho de que Puno se muestre tan solo para incluir cameos de unos personajes que son innecesarios y que solo apoya al cliché de las casualidades en la trama, es solo prueba de que las comparaciones con un comercial de PROMPerú están justificadas.
"Hasta que nos volvamos a encontrar" de Bruno Ascenzo es la primera película peruana producida por Netflix. Foto: Instagram/@brunoascenzo
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Además, Cusco es uno de los lugares más visitados del país. Entonces, poner a los protagonistas en un Machu Picchu sin un alma, es una broma.
En cuanto al reparto, la situación es cuestionable. Como era de esperarse, tenemos a dos de los Pataclaun en el cast, aunque en roles secundarios.
¿Pudieron haber elegido a otros actores? Sí. ¿Era necesario? No del todo. El punto de elegir a rostros famosos es parte de asegurar a cierto número de fans como espectadores, por lo cual no es raro ver a los mismos todo el tiempo.
Stephanie Cayo y Maxi Iglesias son los protagonistas de "Hasta que nos volvamos a encontrar". Foto: Instagram/Stephanie Cayo
¿”Hasta que nos volvamos a encontrar” es mala?
La verdad es que no. Las películas en general no son malas, solo que cumplen necesidades diferentes para grupos de personas diferentes. El gran problema con “Hasta que nos volvamos a encontrar” no es su guion sin gracia, la poca construcción de sus personajes, o la falta de un hilo conductor que se pueda trasladar a la realidad (al igual que el 99,9% de las del género), sino es el público.
Tondero es principalmente conocida por la saga “Asu mare” (cuya cuarta entrega ya está en marcha); “Locos de amor” 1, 2 y 3; “El gran león”; “Siete semillas”, entre otras producciones que, a pesar de su buen desempeño en taquilla, son usualmente asociadas a lo que normalmente es calificado como la ‘decadencia del cine peruano’.
Entonces, para darle un giro al ‘dime con quién andas y te diré quién eres’, no debemos esperar que la productora nos ofrezca largometrajes dignos a un Oscar. No son originales, ni mucho menos copias bien hechas. Son clichés y muy básicos. Pero la taquilla manda y las empresas necesitan retorno de inversión y muchas ganancias.
Aun así, la balanza encuentra su ‘equilibrio’ en que Tondero no solo hace películas, también distribuye material de terceros. Es así como tuvimos a la aclamada “Retablo” en cines.
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Claro, las prioridades es lo que llama la atención. Recientemente, “Teloneras” fue sacada de la cartelera, tras unos días de exhibición en algunos cines y en horarios poco favorables para sus realizadores. Esto es lo que lleva a muchos cuestionarse el por qué, con respuesta obvia, pero confusa a la vez.
Es fácil predecir que la mayor indignación de la audiencia con “Hasta que nos volvamos a encontrar” es la decisión de usar un millonario presupuesto para hacer una película romántica con tantos ‘no’ en su proceso.
Probablemente, muchos hubieran querido una historia llena de cultura y memoria histórica, que aborde problemáticas sociales de antaño que siguen agobiando al ciudadano del ahora. Sin embargo, es muy probable que los usuarios que han lanzado tanto ‘hate’ al título, sean aquellos que no aprecian el ‘buen’ cine peruano cuando lo hay.
La película peruana sale de las salas de cine peruanas tras una dura batallas por mantenerse en cartelera. Foto: "Teloneras"/Rómulo Sulca, Facebook
En resumidas cuentas, “Hasta que nos volvamos a encontrar” peca de muchas cosas: incluye escenas sin contexto, no tiene actuaciones destacables, abusa de las casualidades para llevar una trama insulsa y muy estándar de telenovela, entre otras cosas.
No obstante, es una de las típicas películas que Netflix suele estrenar para su contenido propio sin más intensión que la de agregar más proyectos a su catálogo. Se pudo haber hecho algo radicalmente diferente, pero no pasó y, dentro de todo, la primera película peruana de Netflix es solo para pasar el rato.
Stephanie Cayo y Maxi Iglesias dan vida a Ariana y Salvador, respectivamente en "Hasta que nos volvamos a encontrar" de Bruno Ascenzo. Foto: Instagram/@unlunar