Los niños desde los 3 años ya reconocen las relaciones tóxicas en sus padres: "Entienden lo que ven", según experta
Jocelyn Acuña Santamirano nos explica las principales consecuencias de exponer a los niños desde una edad temprana a una relación de padres tóxica, afectando incluso en su educación.
- Siete hermanos peruanos se disputan herencia de US$46 millones: dos de ellos habrían falsificado contrato para quedarse con todo
- Tengo hijos con diferentes parejas, ¿cuánto de pensión de alimentos le corresponde a cada uno? Abogado revela el monto

Actualmente, somos testigos de la toxicidad que existe en las parejas, que derivan en actitudes violentas por parte de uno de ellos. Según el Ministerio de Mujer y Poblaciones Vulnerables, en lo que va del 2025, han atendido más de 3 mil casos relacionados a la violencia familiar, sexual y de alto riesgo. Asimismo, esta situación también se presenta en el mundo del espectáculo, donde se denuncia maltratos por parte de famosos, incluso años después de los sucesos.
Por ello, en una entrevista para La República, la psicoterapeuta, Jocelyn Acuña Samaritano, comenta que los niños, por más pequeños que sean, ya están siendo afectados por crecer con unos padres que tienen una relación tóxica. Según la experta, cuando se cree que los hijos no comprenden lo que sucede, en realidad lo están interpretando y por ello generan inesperadas reacciones. "Desde los tres años observamos que los niños sí entienden lo que ven", comentó.
¿Cómo afectan las relaciones tóxicas a nuestros hijos?
Para Jocelyn Acuña, es evidente que ciertas actitudes que tienen los hijos son aprendidas en la infancia. Para la neuropsicóloga, es un problema pensar que recién veremos las consecuencias en la adolescencia, puesto que se ignoran las señales durante la niñez. El hecho de crecer en un hogar lleno de constantes peleas crea niños que, en el caso de ser introvertidos, serán más callados y presentarán pocas habilidades sociales. Por otro lado, en los que son extrovertidos, originará patrones de mala conducta y les costará más respetar a la autoridad, como a un profesor.
"A nivel familiar también hay una consecuencia, porque esa conducta agresiva se repite también con los primitos, con los tíos, con cualquier familiar. Se pueden reunir y va a ocurrir frente a cualquier estímulo. De repente le dices una palabra que no le gustó, una bastante sencilla, y vas a encontrar una reacción mucho más fuerte", advierte Acuña.
Además, destacó que también influye en el desarrollo educacional de los niños. En su experiencia, experimentar las consecuencias de una relación tóxica, causa problemas de atención, lo que desembocará en malas calificaciones y problemas en clase. "Se producen estas consecuencias, sobre todo de déficit de atención y de concentración. Se podrían enfrentar a las burlas de las malas calificaciones o de repente a apelativos como 'eres tonto por sacar esa nota' o 'como es posible que no entiendas'. Porque la intención de los otros niños no es la crueldad, pero sí están en una etapa de burla, donde no miden la intención de sus palabras", aseveró.

Para la experta, habría dificultades cognitivas, que harían a un niño más introvertido. Foto: Freepik
Otras consecuencias sociales para los niños al crecer en una relación tóxica
La psicoterapeuta Acuña también advierte que los niños, al ver constantes peleas, entienden que sus papás no se llevan bien. Al ser tan pequeños, empiezan a tener actitudes más físicas que emocionales, para lidiar con el estrés que les causa las peleas. "El niño o niña comienza a morderse las uñas. He tenido casos donde una pequeña de primaria se jala el cabello, o comienzan a autolesionarse, a través de las tijeras cortándose las manos", comentó la experta en salud, Jocelyn Acuña.
PUEDES VER: Las consecuencias psicológicas y emocionales si duermes menos de seis horas diarias, según especialista

Finalmente, advierte que los roles de una relación tóxica podrían ser asimilados por los hijos, tomando la posición del padre o la madre. "Los padres suelen exigirle al menor masculino, cierto falso fortalecimiento. 'Tú no puedes llorar', 'tú tienes que ser fuerte'. Le dicen: 'Si yo no estoy, tú tienes que vigilar a tu mamá. Se le cambia un poco el rol de hijo; de divertirse y jugar a esta edad versus el de vigilancia en algunos casos", comenta.
En el caso de las niñas, según Acuña, no asimilan un rol, sino en un tema de vulnerabilidad. "Se vuelven mucho más sensibles a lo que es la vida, la injusticia. Pueden salir al mundo y pensar: alguien me puede tratar mal", advierte. Finalmente, aconseja que, si reconocemos estas actitudes entre nuestros seres queridos (familia o amigos) no es necesario brindar un consejo, sino escuchar sus problemáticas de manera activa, acompañándolos y ayudándolos a conseguir ayuda profesional.




















