
Científicos europeos captan por primera vez el polo sur del Sol: ayudará a predecir tormentas que puedan dejar a la Tierra sin electricidad
La sonda Solar Orbiter revela las primeras imágenes del polo sur del Sol, un avance clave para entender sus campos magnéticos y predecir tormentas solares.
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Durante décadas, todas las imágenes del Sol que hemos visto procedían del mismo ángulo: su ecuador. Desde ahí, las diversas sondas espaciales que han orbitado siguen la trayectoria de los planetas y jamás llegaron a los polos de nuestra estrella. Por primera vez, una misión ha sido captar de observar el polo sur del Sol.
La sonda que permitió esta hazaña es la Solar Orbiter, una ambiciosa misión liderada por la Agencia Espacial Europea (ES) en colaboración con la NASA. Esta misión reveló un territorio desconocido, a 42 millones de kilómetros del astro, que desafían los modelos actuales sobre el comportamiento del Sol.
Solar Orbiter: la sonda europea que observó el polo sur del Sol
La sonda, liderada por la Agencia Espacial Europea (ES), que fue lanzada hace cinco años, se posicionó el pasado marzo a casi 17 grados por debajo del ecuador solar, habiendo capturado imágenes fotográficas de las que ofrecían tres de sus instrumentos científicos.
Las imágenes, además de ofrecer por fin imágenes de la superficie solar desde un ángulo procesionario nunca antes visto, nos ofrecen imágenes en el mismo instante acerca de la atmósfera externa del Sol: la llamada corona, con temperaturas que superan el millón de grados, muy por encima del núcleo del propio Sol.
Gracias a estos dispositivos, la Solar Orbiter captó las imágenes más cercanas de nuestro astro, repleto de diminutas celdillas que en realidad son burbujas de hidrógeno, cada un mil de veces mayor que una gran ciudad.
El polo sur solar alberga un gran caos de campos magnéticos de orientación sur y norte, algo inesperado. "La velocidad de rotación del Sol es mayor en los polos que en el ecuador", explicó David Orozco, coinvestigador principal de PHI, uno de los instrumentos de la nave.
"Con este instrumento podemos ver también lo que sucede dentro de la estrella y lo que vemos condiciona todos los modelos actuales que tenemos sobre su comportamiento. En los polos deberíamos ver señales menos intensas, pero las que vemos son tan fuertes como las del ecuador. Además, deberían tener una orientación preferente, pero vemos las dos”, añade.
Este descubrimiento es fundamental para que podamos entender mejor los ciclos solares, con una duración aproximada de 11 años, que dan lugar a fenómenos que pueden llegar a provocar tormentas solares. Estas tormentas solares, en el caso de que sean intensas, pueden causar un gran daño a los sistemas eléctricos y de comunicación en la Tierra.
Como menciona el investigador David Orozco, estas observaciones "cuestionan todos los modelos que tenemos actualmente" sobre la actividad solar.
Entre los instrumentos a bordo de la sonda destaca SPICE, un espectrógrafo que permite rastrear el movimiento de átomos como oxígeno, hidrógeno, carbono, neón y magnesio en las distintas capas solares.
Gracias a este dispositivo, ya se han elaborado los primeros mapas del flujo de estos elementos, especialmente en zonas de transición donde la temperatura se dispara drásticamente hacia la atmósfera externa. “Aún nos hace falta mucho análisis”, reconoce el astrónomo Javier Rodríguez-Pacheco, líder de otro de los instrumentos de la misión.
Cooperación internacional compartida del Solar Orbiter
El Sol debe atravesar un máximo de actividad en el actual ciclo solar, pero los últimos datos indican una reciente calma magnética. Los científicos consideran que la estrella está reorganizando sus campos internos para entrar en una fase de mínimo solar, previsto para 2029.
La Solar Orbiter es una misión conjunta entre la ES y NASA. Europa ha financiado la mayor parte del proyecto, con un costo de 1.300 millones de euros, mientras que EE.UU. se ha encargado del lanzamiento del cohete.
A pesar de los recortes realizados por el presidente Trump, en Europa confían en que no se paralice la misión, quien se encuentra operativa y tan avanzada.