Arqueólogos abren la tumba de una sacerdotisa del Antiguo Egipto sellada hace 4.000 años y relata el viaje al más allá
Idy, sacerdotisa del Antiguo Egipto, y su tumba revelan detalles de las prácticas funerarias y la influencia femenina en el Reino Medio desde Asyut.
Un grupo de arqueólogos ha desenterrado una tumba sellada por más de 4.000 años en Asyut, Egipto, que perteneció a Idy, sacerdotisa de la diosa Hathor. Este hallazgo ofrece una ventana única al Reino Medio, específicamente al período de la dinastía XII, bajo el reinado del faraón Senusret I (1971-1926 a.C.). Idy era hija de Djefaihapi I, gobernador de la región, cuya tumba monumental albergaba una cámara oculta que preservaba los restos y objetos personales de la sacerdotisa.
El descubrimiento es el resultado de más de dos décadas de excavaciones realizadas por un equipo egipcio-alemán. Dentro de la tumba, los expertos hallaron dos ataúdes de madera importada, frascos y figuras rituales que destacan la riqueza simbólica y cultural del sitio. Además, los textos funerarios encontrados relatan los rituales asociados al viaje al más allá, subrayando la importancia de las prácticas espirituales de la época.
La tumba sellada durante milenios
La tumba de Idy permaneció oculta detrás de una pared sellada dentro de la estructura funeraria de su padre, una de las más grandes de la región de Asyut. Con 11 metros de altura y 70 metros de ancho, esta construcción fue diseñada para preservar el legado de Djefaihapi I. Durante la limpieza y exploración en 2022, los arqueólogos descubrieron un pozo vertical de 13 metros que llevaba a la cámara secreta donde reposaba Idy.
Los ataúdes de madera importada proporcionan una visión única sobre las creencias en torno al más allá y las prácticas de momificación. Foto: Ministerio de Turismo de Egipto
Aunque saqueada en la antigüedad, la tumba contenía artefactos clave para comprender el contexto histórico. Entre ellos, figuras de madera, recipientes rituales y restos momificados que reflejan las prácticas funerarias egipcias. Las paredes de la tumba principal también presentan inscripciones que narran el estatus social de la sacerdotisa y su conexión con Hathor, reforzando su papel como mediadora entre lo divino y lo terrenal.
Objetos rituales y las claves del más allá
El hallazgo incluyó dos ataúdes, uno dentro del otro, elaborados con madera importada, algo poco común en la región. Estos se encontraban junto a frascos canopes que contenían los órganos de Idy, un elemento esencial del proceso de momificación. La momia estaba envuelta en telas finas y tratada con sales para asegurar su preservación, una técnica reservada para las élites.
Los textos funerarios ofrecen una visión profunda sobre las creencias acerca de la vida después de la muerte. Foto: Ministerio de Turismo
Además, los textos funerarios y las figuras halladas brindan una perspectiva profunda sobre las creencias egipcias en torno a la vida después de la muerte. Estas inscripciones detallan los rituales que Idy debía atravesar para alcanzar la eternidad y explican la relación simbólica entre el cuerpo físico y el alma en la cultura egipcia.
El papel de las mujeres en el antiguo Egipto
Idy, como sacerdotisa, ostentaba un rango alto en la jerarquía social del Reino Medio. Su título de “Dama de la Casa” refleja la influencia que las mujeres podían ejercer en contextos religiosos y políticos. Además, el vínculo con Hathor, diosa del amor y la maternidad, muestra cómo las sacerdotisas eran figuras clave en los rituales y en la administración de templos.
La relevancia de las mujeres en el ámbito religioso, utilizando a Idy como ejemplo de una figura femenina influyente. Foto: Ministerio de Turismo de Egipto
El análisis de los restos óseos de Idy también aporta información valiosa sobre su vida. A pesar de un defecto congénito en el pie, la sacerdotisa ocupó un lugar destacado en la sociedad. Este descubrimiento resalta no solo la relevancia religiosa de las mujeres, sino también su papel en la preservación de las tradiciones espirituales egipcias.