Ciencia

Los efectos en la Tierra del máximo solar que ocurre cada 11 años e invierte los polos del Sol

Impactos en satélites y naves espaciales e incluso riesgos para astronautas son solo algunas de las consecuencias de los efectos del Sol durante su temporada de máxima actividad.

Representación de impacto del Sol sobre la Tierra. Foto: IA/LR
Representación de impacto del Sol sobre la Tierra. Foto: IA/LR

El Sol puede parecer estático a simple vista desde la Tierra, pero su superficie está en constante actividad. La gran estrella sigue ciclos que duran 11 años y, según la NASA, ya está llegando hacia el final de uno.

Recientemente, el aumento en la actividad solar ha derivado en una espectacular exhibición de auroras boreales, una señal clara de que el Sol ha entrado en una fase de hiperactividad. Este periodo, conocido como el "máximo solar", se repite aproximadamente cada 11 años y trae una serie de desafíos para la Tierra.

¿En qué consiste el máximo solar?

El máximo solar marca el pico de actividad en el ciclo solar, caracterizado por un aumento en el número de manchas solares y eyecciones de masa coronal. Este fenómeno ocurre cuando los polos magnéticos del Sol se invierten completamente, un proceso que se ha observado con regularidad desde que se comenzaron registros sistemáticos, en 1755.

Durante este periodo, el Sol lanza al espacio cantidades enormes de material solar que, al interactuar con la magnetósfera terrestre, pueden tener efectos palpables en nuestro planeta. Este año, el ciclo solar número 25 ha sorprendido a los científicos con una actividad más intensa de lo previsto.

Efectos del máximo solar

Las consecuencias del máximo solar en la Tierra son amplias y variadas. Una de las más inmediatas es la interrupción de las comunicaciones por radio. Recientemente, una potente erupción solar interrumpió las comunicaciones de alta frecuencia a nivel mundial, evidenciando la vulnerabilidad de las tecnologías ante estas tormentas espaciales.

Además, las eyecciones de masa coronal que llegan a la Tierra pueden provocar tormentas geomagnéticas severas, capaces de perturbar las redes eléctricas y los sistemas de navegación como el GPS. La intensidad de estas tormentas puede ser tal que incluso han obligado a desviar vuelos comerciales y afectar operaciones de satélites esenciales para la economía global.

Las tormentas son causadas por la liberación repentina de energía en la atmósfera del Sol. Foto: tiempo.com

Las tormentas son causadas por la liberación repentina de energía en la atmósfera del Sol. Foto: tiempo.com

Por otro lado, el máximo solar trae consigo un aumento en la cantidad de radiación solar, incluyendo partículas energéticas, como protones, que pueden atravesar las paredes de las naves espaciales y estaciones orbitales. Esta radiación es peligrosa para los astronautas, ya que puede dañar el tejido humano y aumentar el riesgo de cáncer, cataratas y otras enfermedades relacionadas con esta exposición.

Auroras boreales

Otro efecto del máximo solar es la creación de las auroras boreales. Según la NASA, surgen a partir de la interacción entre las partículas cargadas emitidas por el Sol y la atmósfera terrestre.

En las zonas polares, las partículas solares se dirigen hacia la atmósfera superior de la Tierra, donde colisionan con los átomos y moléculas de gases como el oxígeno y el nitrógeno.

Las colisiones impactan en los átomos y moléculas de gases en la atmósfera, elevándolos a estados de mayor energía. Al regresar a sus estados normales, las moléculas liberan la energía extra en forma de luz. Este proceso emite diferentes colores de luz dependiendo del tipo de gas y la altitud de la colisión.

La combinación de estas luces crea las auroras boreales, que aparecen como cortinas, arcos y espirales de luz en el cielo nocturno. La intensidad y frecuencia de estas auroras aumentan significativamente durante el máximo solar debido al mayor flujo de partículas solares.