Ciencia

Las sondas espaciales Voyager comienzan a apagarse: la NASA estima cuándo será su final

Voyager 1 y 2 son las naves más lejanas a la Tierra. Ahora, tras un viaje de casi 45 años, los científicos se preparan para cortar comunicación con ellas para siempre.

Las sondas Voyager están viajando en el espacio interestelar. Imagen: NASA
Las sondas Voyager están viajando en el espacio interestelar. Imagen: NASA

Cuando la NASA lanzó las dos sondas Voyager en 1977, nadie esperaba que continuaran funcionando durante tantas décadas. A pesar de los diversos problemas surgidos por la distancia a la que se encuentran ahora, o la antigüedad de sus sistemas, los científicos han conseguido mantener la comunicación con las naves. Sin embargo, su final podría estar cerca debido al agotamiento de energía.

Debido a este problema inevitable, la NASA planea comenzar este año apagando los últimos sistemas de las Voyager con el fin de extender su vida útil, según informó la revista Scientific American en su artículo portada del mes de julio.

Las Voyager funcionan con generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG), que se alimentan por la descomposición de átomos de plutonio. Pero este ‘combustible’ se está agotando y la producción de energía disminuye cuatro vatios cada año.

La Voyager I es la sonda más lejana. Se encuentra a más de 18 horas luz de nuestro planeta. Imagen: NASA

La Voyager I es la sonda más lejana. Se encuentra a más de 18 horas luz de nuestro planeta. Imagen: NASA

Por ello, los científicos de la NASA han ido apagando algunos sistemas de las sondas en las décadas pasadas. Sin embargo, han dejado intactos los instrumentos científicos, por lo que seguimos recibiendo valiosos datos del espacio interestelar, donde ahora se encuentran, más allá de los límites conocidos del sistema solar.

Pero cuando se apaguen los últimos subsistemas y calentadores de las naves, ya ningún instrumento científico podrá seguir operando.

“Si todo va realmente bien, tal vez podamos extender las misiones hasta la década de 2030″, le dijo a Scientific American Linda Spilker, científica planetaria del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, quien comenzó a trabajar en las sondas Voyager antes de que fueran lanzadas.

“Solo depende del poder (potencia eléctrica). Ese es el punto límite”, añadió Spilker.

En un comunicado previo, la NASA expresó su intención de mantener en funcionamiento a las naves por lo menos hasta 2025.

En cualquier caso, las misiones Voyager ya representan uno de los mayores éxitos de la era espacial. Después de todo, a los ingenieros se les había encargado la construcción de dos naves para un viaje de solo cuatro años hasta Júpiter y Saturno.

“Llevamos 44 años y medio. Así que hemos hecho 10 veces la garantía de las malditas cosas”, declaró Ralph McNutt, físico del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins y parte del equipo de las misiones Voyager.

Luego de sobrevolar todos los planetas del sistema solar exterior (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), las sondas cruzaron las órbitas de los objetos más lejanos de este vecindario cósmico. Y la última década, salieron de la heliósfera, el límite que marca la influencia magnética del Sol.

Aún cuando las Voyager hayan dejado de mantener contacto con la Tierra, estas sondas seguirán viajando por miles de años hacia otras estrellas, llevando un claro mensaje de la humanidad: cada una tiene un disco de oro con nuestra ubicación cósmica, música de distintas culturas, saludos en diversos idiomas, y sonidos de nuestro planeta.

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