Científicos logran rejuvenecer en 30 años las células de la piel humana
Investigadores destacan que el estudio es un paso fundamental para el desarrollo de tratamientos que permitan envejecer de manera más saludable.
Médicos del Instituto Babraham (Reino Unido) han desarrollado un novedoso método para rejuvenecer en 30 años las células de la piel humana y recuperar su antiguo funcionamiento. El hallazgo ha sido descrito en un artículo de la revista eLife, publicado el pasado 8 de abril.
Si bien la técnica todavía está en una etapa incipiente para emplearse en el ámbito clínico, el equipo de investigadores, liderado por el profesor Wolf Reik, aseguró que es un paso fundamental que permitirá desarrollar otros tratamientos de la medicina regenerativa.
“Hemos estado soñando con este tipo de cosas. Muchas enfermedades comunes empeoran con la edad y pensar en ayudar a las personas de esta manera es súper emocionante”, señaló Reik a la BBC.
Rejuvenecimiento celular de la piel
La nueva técnica, llamada “reprogramación transitoria de la fase de maduración” (o IPS), está basada en el trabajo del médico japonés Shinya Yamanaka, quien en 2007 recibió el Premio Nobel por haber convertido células normales en células madre. Es decir, tomó células con funciones específicas y las hizo capaces de transformarse en cualquier otro tipo de ellas.
La conversión ocurría luego de que las células fueran bañadas con cuatro proteínas, denominadas factores de Yamanaka o, popularmente, factores de la juventud.
En los experimentos de Yamanaka, la conversión completa de las células tomaba alrededor de 50 días; pero cuando estas se transformaban por completo en células madre, perdían su función especializada.
En esa línea, los investigadores buscaron un punto intermedio, limitando el tiempo de exposición de las células a los factores de Yamanaka solo durante 13 días. Así, descubrieron que las células se rejuvenecieron biológicamente hasta asemejarse a las de una persona de 23 años.
La edad celular se determinó mediante dos medidas. La primera se basa en el reloj epigenético, donde las etiquetas químicas presentes en el genoma sugieren una edad determinada. La segunda se trata del transcriptoma, en otras palabras, la lectura de genes producidos por las células.
La técnica no puede emplearse, por ahora, en el ámbito clínico ya que aumenta el riesgo de cánceres, pero el profesor Reik y su equipo esperan encontrar un método alternativo más seguro.
El biólogo molecular añadió que los avances de la indagación abrirán posibilidades para que las personas puedan envejecer de forma más saludable.