Los ‘túneles secretos’ que unen al cráneo con el cerebro para ayudarnos a sobrevivir
La medicina ha ido descubriendo cómo el organismo simplifica su trabajo interno en casos extremos y bajo métodos a veces imperceptibles.
Los secretos del cuerpo humano no dejan de sorprendernos, pues la ciencia siempre tiene algo nuevo que contarnos acerca de aquella maquinaria biológica que nos determina como especie. Después de un accidente cerebrovascular, lesión o trastorno, los especialistas creían que el torrente sanguíneo enviaba células inmunes al cerebro desde diversos sectores, pero se dieron cuenta que la ecuación a esta respuesta automática era, en parte, mucho más simple.
Ganando tiempo, y modo de simplificar el trabajo de supervivencia, el ser humano posee ‘túneles’ o ‘atajos directos’ que van desde la médula ósea del cráneo hacia el cerebro cuando sufre, por ejemplo, una meningitis, inflamación a causa de virus o bacterias de las membranas de la médula espinal.
“La microscopía (...) reveló la migración de células mieloides (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas de la médula ósea) a través de canales vasculares microscópicos —los llamados ‘atajos’— que cruzan la corteza interna del cráneo”, comentaron los investigadores médicos del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard a través de un estudio publicado en 2018 por Nature Neuroscience.
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Toda esta novedad salió a la luz cuando los científicos buscaban saber si las células inmunes llegaban desde el hueso de la tibia o el cráneo tras un accidente cerebrovascular, el cual se gesta a partir de que el flujo de sangre en el cerebro se detiene, por lo que no recibe oxígeno ni nutrientes. Ello le impide mantener un correcto funcionamiento.
Identificaron que los neutrófilos, tipo de glóbulo blanco que combate infecciones, fueron las primeras células del cuerpo en mitigar inflamaciones.
Antes de inyectarlas en ratones, los expertos habían etiquetado células fluorescentes a manera de rastreadores. Las de color rojo iban al cráneo y las de color verde, a la tibia. Completaron el plan induciendo inflamaciones agudas con fórmulas químicas. ¿La conclusión? El cráneo se impuso a la tibia como conductor de neutrófilos.
Los investigadores diferenciaron a las células en dos tonalidades para graficar mejor el experimento. Foto: Herrison et al., Nature Neuroscience, 2018
Justo en ese compás de las pruebas, Matthias Nahrendorf, autor que encabezó el artículo, detectó los canales que recorrían la médula hasta el cerebro luego de mirar el cráneo a través de “todos los ángulos”.
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Sin embargo, no solo se obtuvieron estos resultados en ratones, sino también en seres humanos. Aislaron piezas de un cráneo humano en una cirugía y revisaron las imágenes microscópicas. La diferencia era que los atajos medían cinco veces más en diámetro comparados a los túneles hallados en roedores.
Este estudio podría ser el punto de partida a fin de avanzar en investigaciones relacionadas a la esclerosis múltiple, enfermedad en la que el sistema inmunológico degrada la cubierta protectora de los nervios, según la Mayo Clinic. Pese a que la fisioterapia y los medicamentos alivian los síntomas, aún queda muchísimo camino por recorrer.