Vacunados con Pfizer y Moderna pueden dar falsos positivos de COVID-19
Según la investigadora principal del estudio, se puede estar subestimando la efectividad de las vacunas debido a estas ‘falsas’ infecciones.
Las vacunas de Pfizer y Moderna causan un incremento de anticuerpos que pueden provocar que, en las pruebas para detectar la COVID-19, haya personas inoculadas que den positivo sin estar contagiadas, de acuerdo a un estudio del ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa.
Estas dos vacunas aprobadas para uso en Europa utilizan como antígeno (sustancia que puede ser reconocida por los receptores del sistema inmunitario adaptativo) la proteína Spike del SARS-CoV-2 y en consecuencia inducen la producción de anticuerpos dirigidos contra dicha proteína.
Por eso, para saber si una persona vacunada ha sido infectada, se miden anticuerpos contra otras proteínas virales no incluidas en la vacuna, como por ejemplo la proteína N (nucleocápside), usada para los test de antígenos.
“Con la aparición de nuevas variantes con potencial para evadir la inmunidad, cobra especial importancia el poder medir el número de personas vacunadas que se infectan”, ha explicado la investigadora del ISGlobal Carlota Dobaño, primera autora del estudio.
Desde el inicio de la pandemia, Dobaño y su equipo han seguido de cerca la producción y duración de anticuerpos contra diferentes antígenos virales en dos cohortes (comparación de resultados) de personal sanitario en Cataluña (SeroCov y CoviCatCentral).
La farmacéutica Pfizer anunció que su vacuna contra la COVID-19 tiene una eficacia del 95% a partir de los 28 días después de la primera dosis. Foto: AFP
En este estudio, realizado en colaboración con el Instituto Catalán de la Salud (ICS), describen un hallazgo inesperado: las vacunas a base de ARNm (Pfizer-BioNTech o Moderna) inducen la producción de anticuerpos que no solo distinguen la proteína Spike, sino que también pueden identificar una región de la proteína N (la región C terminal) del SARS-CoV-2. Y allí se desata la confusión.
El equipo investigador observó que, tras la vacunación, había un aumento significativo de anticuerpos IgG capaces de reconocer el fragmento C terminal de la proteína N en un porcentaje considerable de casos: en el 36% de personas que recibieron la vacuna de Moderna y el 13% de aquellas a las que se administró Pfizer.
La vacuna de Moderna también indujo un aumento en anticuerpos capaces de reconocer la proteína N entera, aunque en un menor porcentaje de personas.
El presidente estadounidense se puso como objetivo en sus primeros 100 días tener 100 millones de vacunaciones, pero este lunes aumentó esa cifra a 150 millones. Foto: EFE
Este fenómeno se observó tanto en vacunados e infectados previamente por COVID-19 como en los que nunca se contagiaron, por lo que no parece deberse a una reactivación de la inmunidad adquirida por la infección.
De esta manera, la hipótesis más probable, según los investigadores, es que la vacunación con Spike puede inducir anticuerpos con reactividad cruzada hacia el fragmento C terminal de la proteína N.
Estos resultados son relevantes a nivel de salud pública, ya que, como se ha propuesto usar la proteína N en los test para detectar infecciones en personas vacunadas, esto podía resultar en que “un porcentaje considerable de casos se clasificarían falsamente como infecciones asintomáticas” y, en consecuencia, se subestimaría la efectividad de la vacunas frente a infecciones, ha resaltado Dobaño.
Los autores concluyen así que la proteína N (el fragmento C terminal) no es una buena candidata para detectar fallos vacunales y que lo mejor es usar una combinación de múltiples antígenos virales, lo que permitirá una mejor evaluación de la efectividad de las vacunas.
Con información de EFE.