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Ciencia

Animales sufren la erupción volcánica en La Palma como si fuera una “guerra nuclear”

La cadena alimenticia se ha alterado en la periferia del volcán Cumbre Vieja. Las cabras tienen las uñas destrozadas, los gallos deambulan, casi ya no hay lagartos y un gran porcentaje de plantas están marchitas.

Guardia Civil y Bomberos de España rescatan al ganado dispersado en los alrededores del volcán Cumbre Vieja. Foto: Antena 3
Guardia Civil y Bomberos de España rescatan al ganado dispersado en los alrededores del volcán Cumbre Vieja. Foto: Antena 3

El volcán Cumbre Vieja de la isla española de La Palma, perteneciente al archipiélago canario, no cesa su furia pese a ya haber erupcionado el domingo 19 de setiembre. Ahora, la nueva colada de lava ha cruzado la carretera en el municipio de Tazacorte y llegó al mar en una zona de acantilados. El desastre natural no solo ha ocasionado el asolamiento de 258 hectáreas y la pérdida de 589 edificaciones, pues la fauna de la periferia también ha sentido el impacto.

Manuel Nogales, delegado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de las Islas Canarias, expresó que, para la fauna, “el escenario es el de una guerra nuclear”, argumento que encuentra su justificación en el cambio de comportamiento de las especies. “Están muy asustados con este fenómeno”, aclaró.

Según se especifica en el diario El País, Nogales tuvo que enfrentarse a un panorama lúgubre, al momento de entrar a la zona de exclusión en su jeep, como el cruzarse con animales que se alimentaban de vegetación llena de cenizas, sin nadie quien los cuide. El biólogo vio plantas deshidratadas. Un 40% de ellas ya estaban marchitas.

Asimismo, él contó: “Los lagartos prácticamente han desaparecido del terreno. Ahora, apenas vemos nada”. Aparte, la fauna cercana al volcán Cumbre Vieja se componía de otros reptiles y aves. Por este motivo, la cadena alimenticia se altera; los animales desconocen el hábitat, su instinto les dice que es totalmente novedoso.

Voluntario dispersando gallinas ante el avance de la lava en Todoque, La Palma. Foto: El País

Voluntario dispersando gallinas ante el avance de la lava en Todoque, La Palma. Foto: El País

“Vemos bastantes animales de los que tuvieron que soltar. Y los vemos muy a la deriva. Yo no sé de dónde han venido estos pobres animales. Cabras con las pezuñas destrozadas, gatos perdidos, pavos reales, un sinfín de animales que nos dan muchísima pena”, siguió narrando Nogales. Lamentó que las coladas volcánicas se ensañen con la biodiversidad. Él se despierta temprano, va a la zona restringida, estudia a la fauna en compañía de los vulcanólogos y regresa al día siguiente: esa es su rutina.

Para evaluar el nivel de contaminación de los ecosistemas marinos, el buque científico Ramón Margalef, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), se encuentra recorriendo la zona de La Palma.

Eugenio Fraile, investigador del IEO, no quiere que ningún detalle se le escape al vigilar el estado de los peces. Los pescadores declararon que hay menos, dijo, pero aún no pueden asociarlo directamente a la erupción porque se requiere un estudio totalitario del desastre natural.