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Ciencia

Trabajo físico intenso aumenta en un 55% el riesgo de padecer demencia, según expertos

Si bien la actividad física regulada aporta múltiples beneficios para la salud, el sobreesfuerzo desgasta la estabilidad mental de los trabajadores.

Las actividades físicas moderadas y duras son dos caras de la misma moneda. Es crucial diferenciarlas en el entorno laboral | Foto: Difusión
Las actividades físicas moderadas y duras son dos caras de la misma moneda. Es crucial diferenciarlas en el entorno laboral | Foto: Difusión

Una rutina de ejercicios personalizada previene la aparición de la diabetes, revierte el sobrepeso y puede disminuir la probabilidad de contraer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los problemas saltan a la vista cuando exponemos a los músculos y al cerebro a esfuerzos insufribles con tendencia a ‘descalibrar’ nuestra estabilidad.

Una investigación de Kirsten Nabe-Nielsen, del Departamento de Salud Pública en la Universidad de Copenhague, en conjunto con el Centro Nacional de Investigación para el Ambiente de Trabajo y el Hospital Bispebjerg-Frederiksberg, instituciones ubicadas en Dinamarca, llegó a la conclusión de que el trabajo físico duro se asocia en un 55% a un mayor riesgo de sufrir demencia a través de los años.

El artículo original está publicado en la revista especializada Scandinavian journal of medicine & science in sports.

Para comparar sus hipótesis, los científicos analizan datos de 4.721 varones daneses durante los años 1970 y 1971, cuyas edades oscilaban desde los 40 hasta los 59 años al inicio del presente estudio y que practicaban hábitos de esfuerzos físicos intensos.

“La demencia se identificó a través de registros nacionales y se siguió a los participantes desde que cumplieron 60 años y hasta 2016”, agrega el resumen exhaustivo.

Un total de 14 empresas en Dinamarca, consideradas grandes, fueron incluidas en las observaciones; por ejemplo, DSB (Ferrocarriles Estatales Daneses), los Servicios Postales y KTAS.

Nabe-Nielsen indica que su equipo de científicos es el primero en corroborar los riesgos de desequilibrio mental debido al trabajo físico duro “de manera convincente”. Asimismo, detalla que es importante que no se malinterpreten los consejos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los factores importantes del ejercicio físico.

“Nuestro estudio sugiere que debe ser una ‘buena’ forma de actividad física, que el trabajo físico duro no lo es”, aclara la doctora en Ciencias de salud pública. Según su apreciación, hay que diferenciar los efectos de ejercitarse en el tiempo libre y dentro de las labores remuneradas.

Andreas Holtermann, profesor universitario y uno de los coautores del documento en mención, resalta que la demencia se manifiesta, inclusive, antes de que los afectados cesen su vida contractual. No obstante, considera que las empresas ya optimizan las condiciones laborales.

“Para los trabajadores, no es suficiente evitar los levantamientos pesados si desean permanecer en la profesión hasta los 70 años”, cuenta Holtermann.

Por otro lado, la autora principal señala que estudios pasados relacionaron la fuerza desmedida del trabajo físico con una mala irrigación sanguínea del corazón, que puede conducir a distintas enfermedades.

El Centro Nacional de Investigaciones para el Ambiente Laboral de Copenhague no solo se limita a recopilar antecedentes, sino que ayudará a plantear propuestas de solución contra la evolución de los daños mentales.

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